Respuestas
Es fundamental para ponerle voz a un personaje saber todo lo posible sobre él. Su personalidad, procedencia, edad, educación, profesión, época en la que vive… Son datos que nos darán las pistas necesarias para entender cómo ha de hablar.
Eso sí, ojo con los dialectos o defectos en la dicción de los personajes, porque puede cansar al lector encontrarse páginas llenas de frases mal escritas o difíciles de descifrar.
2. Interpreta su papelCuando tengas que dialogar, intenta ponerte en la piel de los personajes, interpretar su actuación. Hazlo en voz alta, no te cortes (ése es el motivo por el que, desde hace años, sólo puedo escribir en la intimidad).
Si te conviertes en el actor de tus propias obras y las interpretas mientras escribes, no sólo te resultará más sencillo crear diálogos que funcionan, sino que incluso descubrirás los gestos y las acciones que el diálogo te está pidiendo.
3. DinamismoUtiliza, en general, frases cortas, omite los verbos en algún caso, sé conciso, dinámico, no pierdas el ritmo y el diálogo fluirá mejor. Esto no quiere decir que no puedas añadir intervenciones de diálogo más largas o complejas, pero mejor que no sea la tónica habitual.
Tomemos como ejemplo un fragmento del diálogo que os puse en el post anterior sobre los diálogos.
—No se asuste.
—¡No estoy asustado!
—Sí, lo estás.
—Muy bien, estoy asustado, ¿qué otra cosa puedo hacer?
—Nada más que venir conmigo y pasarlo bien. La Galaxia es un sitio muy divertido. Necesitarás este pez en la oreja.
No uses los diálogos para explicar lo que debería haberse entendido con la acción. El malo que expone su plan diabólico al héroe punto por punto sólo funciona en las parodias. Si tienes que explicar toda la historia a un lector al final para que se entienda, puede que tengas que revisarlo.
Tampoco uses el diálogo para decir cosas que todos los personajes del diálogo ya conocen o que nadie ha preguntado. Plantéate siempre si la frase que se pronuncia en cada diálogo tiene sentido, si alguien podría realmente pronunciarla.