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El callejón del beso
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Descripción: Guión corto basado en una leyenda mexicana. Fabiana es una hermosa muchacha que se enamora de Marcos, ¿será su amor más fuerte que el odio?
Personajes: Fabiana, Marcos, Don Evaristo, Aya
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PRIMER ACTO
En una capilla de la iglesia, entran Fabiana y su aya, una vieja mujer que la lleva tomada del brazo.
Aya: ¡Ay, niña Fabiana! Las cosas que me hace hacer, si su padre se entera de que en realidad no viene a rezar a la capilla…
Fabiana: Pero no se tiene porque enterar.
Aya: ¡Pero sí sucede, que Dios nos ampare! Es que si Don Evaristo se da cuenta me mata, niña. Me mata…
Fabiana: No te preocupes, nada pasará. Espérame por allá mientras voy a la pila de agua bendita.
Fabiana se desplaza hasta la pileta, a la cual llega un joven muy apuesto que la mira con amor.
Fabiana: Marcos, viniste…
Marcos: Claro que vine, no dejaría de venir a verte ni aunque me estuviera muriendo.
Marcos le toma una mano y se la lleva a los labios.
Marcos: Te amo, Fabiana. Si tan solo tu padre dejara de celarte tanto…
Fabiana: No hablemos de eso, que bien sabes que no tiene remedio. Mejor aprovechemos este momento.
Marcos (sonriendo): Te tengo una sorpresa, mi amor. Esta tarde te la voy a mostrar.
Fabiana: Pero Marcos, bien sabes que mi padre no me deja salir a ningún lugar aparte de la iglesia…
Marcos: Tú confía en mí.
SEGUNDO ACTO
De vuelta en su casa, Fabiana se encuentra en su habitación cuando escucha que alguien la llama desde afuera. Se asoma al balcón y se encuentra con Marcos en la terraza frente a la suya.
Fabiana (feliz): ¿Qué haces aquí?
Marcos: Esta era mi sorpresa. Compré la casa que está frente a la tuya en el callejón. De esta manera, mi amor, podremos vernos todos los días.
Fabiana: ¡Oh Marcos, que felicidad! ¡Te quiero!
Ambos se inclinan sobre sus respectivos balcones y se besan con ternura.
Marcos: Nadie podrá vencer nuestro amor, Fabiana. Y algún día, seremos inmensamente felices. Ya lo verás.
TERCER ACTO
Fabiana y Marcos se encuentran en sus balcones como de costumbre, mirándose tiernamente.
Marcos: Te amo, Fabiana. Algún día, podré sacarte de aquí y nos iremos muy lejos a vivir nuestro amvor.
Fabiana: Yo soy feliz aquí y en cualquier lugar, sabiendo que te tengo cerca.
Ambos se besan con amor y entonces, una voz furiosa resuena detrás de la joven.
Don Evaristo: ¡Sabía que algo estaba pasando!
Fabiana se vuelve hacia él, asustada.
Fabiana: ¡No, papá! ¡No es lo que tú crees!
Don Evaristo: Sabía que me estabas mintiendo, jovencita descarada. ¿Así que quieres irte con este? 8Saca una daga de entre sus ropas y Fabiana grita). ¡Pues no lo permitiré!
Marcos: ¡NO!
El pu ñal termina incrustado en el pecho de Fabiana, quien se lleva una mano al pecho y retrocede, tambaleante, hasta el balcón. Marcos la sostiene entre sus brazos.
Marcos: ¡Fabiana! ¡Fabiana, mírame am or mío! ¡No me dejes!
Fabiana: Te a mo, Marcos. Siempre te voy a amar.
Fallece y el joven llora desconsolado, mientras las luces se apagan en el escenario, quedando solo un reflector que los ilumina a ambos.FIN