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Para la historiografía oficial peruana, el periodo de 1821 a 1842 constituye la primera etapa de la historia republicana del Perú.
Se inicia oficialmente el 28 de julio de 1821, día en el que el general rioplatense José de San Martín, jefe de la Expedición Libertadora, proclamó la Independencia del Perú en Lima, la capital del hasta entonces Virreinato del Perú. Sin embargo, para el historiador Jorge Basadre el punto de partida del nacimiento de la República del Perú, sería, sensu stricto, la instalación del Primer Congreso Constituyente del Perú, que se da el 20 de septiembre de 1822.[1]
Cierra dicho periodo el año de 1842, cuando se inicia un periodo de anarquía, sucedida tras la derrota y muerte en Bolivia del presidente Agustín Gamarra.
A este período de veinte años, Basadre ha denominado como la Época Fundacional de la República o la Iniciación de la República, pues fue una etapa en el que el Perú no solo se libró de la dominación española y definió su sistema de gobierno, sino que consolidó su espacio territorial, repeliendo los intentos de países vecinos de fracturar su integridad:
Por el Norte, librando una guerra con La Gran Colombia, país que reclamaba los territorios de Tumbes, Jaén y Maynas (1828-1829). Esta guerra culminó sin que hubiera un vencedor y se mantuvo la situación territorial previa. Disuelta la Gran Colombia en 1830, esta dio pase a tres países, con dos de los cuales, Ecuador y Nueva Granada (Colombia), limitó desde entonces el Perú. Desde un inicio, la diplomacia peruana rechazó con firmeza las pretensiones del Ecuador, país que entre 1841 y 1842, trató de resucitar el reclamo bolivariano de Tumbes, Jaén y Maynas.
Por el Sur, con Bolivia, país que en 1836, tras una guerra sangrienta, instauró la Confederación Perú-Boliviana, que aunque su propósito era federar al Perú y Bolivia, contradictoriamente conspiraba contra la unidad peruana, al dividir al Perú en dos entidades geopolíticas: El Estado Sud-Peruano y el Estado Nor-Peruano. La Confederación se disolvió en 1839, tras una guerra victoriosa desatada por los restauradores peruanos, aliados con los chilenos. Nuevamente, el Perú (unido) y Bolivia volvieron a ser estados separados. Poco después, en 1841, ocurrió la guerra entre ambos países, como secuela del conflicto anterior. El Perú, tras invadir Bolivia, sufrió la derrota de Ingavi y se vio a la vez invadido por los bolivianos, pero estos fueron rechazados por el pueblo peruano del sur organizado en guerrillas. Finalmente, se firmó en 1842 la paz entre ambos países, que nunca más volvieron a enfrentarse en conflicto bélico. Se cerró así una época crucial para la integridad territorial del Perú, en la que el sur peruano estuvo, en diversas ocasiones, a punto de quedar anexado a Bolivia. Décadas después, se alzaría otra amenaza para el Perú desde el sur: el expansionismo chileno.