¿Los intereses de qué grupo social aseguraban la democracia política en la antigua Atenas?
¿Por qué?
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Respuesta:
La palabra “democracia” define actualmente un sistema político cuya soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de sus representantes[1]. No obstante, para llegar a este modelo, las formas de gobierno de los diferentes sistemas políticos tuvieron que ir evolucionando poco a poco, remontando sus orígenes a la antigua Grecia, especialmente Atenas, conocida universalmente a lo largo de los siglos como la cuna de la democracia.
La democracia griega se vinculaba directamente con la polis, es decir, la comunidad de ciudadanos que residían en un espacio físico concreto y regido por las mismas leyes. Esta comunidad de ciudadanos utilizaba la política como una actividad colectiva que permitía decidir los destinos de la sociedad a través de una serie de instituciones. La política se dirigía al hombre, que es quien permitía sostener al Estado y su desarrollo[2].
En cuanto a las formas de gobierno que conoció la antigua Grecia destacaron tres: la monarquía, el gobierno de los aristócratas y la democracia. La monarquía reunía todo el poder y el gobierno del Estado en las manos de un solo hombre, el rey o basileus, mientras que el gobierno de los aristócratas lo dejaba en unos pocos, basándose generalmente en el prestigio de su linaje familiar y riqueza. Estos dos sistemas políticos mantenían una sociedad estratificada[3]. Aunque fueron las primeras formas de gobierno en el mundo griego, en algunas polis estos sistemas entraron en crisis, reemplazándose por el pacto entre iguales (hómoioi). A la vez, los grandes linajes se fragmentaron, priorizándose la estructura de la familia nuclear, un proceso que se acompañó de una organización del territorio. De este modo, la ciudad sufrió una transformación completa, cuyo último resultado fue precisamente la aparición de la democracia, que nació en la ciudad de Atenas[4].
Los principios básicos de la democracia ateniense fueron la ley y la justicia, que permitieron el desarrollo de una sociedad que, como veremos a continuación, no era tan igualitaria como cabría suponer. Destacaba como principio rector la isonomía, definida como la igualdad de derechos y deberes que tenía el ciudadano ante la ley y la participación política en el Estado y en el poder, la eleuthería o libertad, la isogoría, que define la igualdad de nacimiento, la isegoría, consistente en la libertad de palabra de los ciudadanos que permitía participar en la asamblea y la koinonía, la comunidad que colabora mutuamente en busca de un bien común[5].
La democracia ateniense fue vivida muy intensamente por los habitantes de Atenas, que juzgaban la participación en la esfera pública como la dedicación más elevada y noble para las personas; un entusiasmo que contrastaba con la escasa proporción de ciudadanos que podían participar en el gobierno de su ciudad. De esta forma, nos encontramos que la democracia del mundo griego era un sistema político con carácter excluyente y muy restrictivo, donde únicamente participaban los varones adultos y nacidos en Atenas, ya que eran los únicos considerados como legalmente ciudadanos. Sin duda, viéndolo desde la perspectiva