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Gastón Albiolea era el presidente del centro de estudiantes de su escuela. Tenía 16 años y lo llamaban "el físico".
Él y los otros alumnos que formaban parte del centro de estudiantes se habían puesto diferentes apodos para que las personas del partido de la izquierda no los reconocieran y no supieran quiénes eran.
Lucía era una de sus compañeras del centro de estudiantes.
La situación del país en ese momento era difícil.
Un día se juntaron los miembros del centro de estudiantes en la escuela para tratar diferentes temas. En ese momento la luz se apagó y aparecieron varios hombres con palos que querían hacerles daño o llevarlos. Pero lograron escapar. Desde ese momento Lucía y Gastón se pusieron de novios.
El 24 de marzo comenzó comenzó el golpe de estado, la dictadura militar. La escuela había cerrado y ellos ya no hacían más reuniones con los integrantes del centro de estudiantes.
Los estudiantes habían quedado reunirse para hacer una clase de gimnasia. Pero uno de ellos, el Che, no se presentó a la clase. Las sospechas comenzaron. Lucía ya sentía que se habían llevado a su amigo y que no volvería.
El jueves, Lucía y Gastón, salieron a caminar. Las calles estaban llenas de camiones con soldados y la mayoría de las personas estaban encerradas en sus casas por el temor y el miedo que sentían a que les ocurriese algo.
Lucía fue la primera en darse cuenta que las cosas no marchaban bien. Notó que los pájaros dejaron de cantar y se preocupó. Pensaba que el silencio de las aveces le querían decir algo.
Gastón empezó a hablarle y a hacerla reír para que se le pasara el miedo. Por este motivo no vieron que una camioneta que estaba estacionada enfrente de ellos arrancó y los siguió despacio.
Cuando Gastón se despertó se dio cuenta que lo habían secuestrado y lastimado. Se preocupó por él y también por su novia.
Al rato, un hombre se lo llevó. Y allí el Físico conoció al capitán. Este le dijo que lo llamarían por un número, por el número 179. Y le confirmó que Lucía también se encontraba allí.
Luego de unos días pudo verse con Lucía. Ellos se encontraban unos pocos minutos cuando podían, se besaban y se abrazaban. También se decían que un día todo aquello terminaría, que podrían estudiar las carreras que deseaban, que tendrían una casa y serían felices.
El 29 de junio era el cumpleaños de Lucía. El físico había estado pensando en qué le podía regalar. Finalmente, le hizo un dibujo y lo guardó debajo de unas mantas.
El 29 de junio hicieron reunir a todos los que estaban en aquel lugar. El capitán dijo que comenzaría a llamar a algunos personas. Los que eran mencionados debían tomar sus cosas ya que harían un traslado. Muchos ya habían descubierto sus palabras secretas, y sabían que el traslado significaba la muerte.
El capitán mencionó el número 179 pero no nombró el número de Lucía. Gastón corrió hasta ella y le dijo que le haga dos favores. En el primero le decía que viva. Y lo otro que le dijo fue que buscara entre sus mantas algo.
Al rato Lucía logró ir hasta el lugar en donde antes estaba Gastón y encontró el dibujo entre las frazadas. En el papel estaba dibujado un gran árbol, una hamaca paraguaya y unos pájaros. Debajo del dibujo decía: "Estos sí cantan".
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