• Asignatura: Historia
  • Autor: dami12568
  • hace 5 años

alguien me hace un cuento de terror con estás imágenes , doy corona y corazón ​

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Respuesta dada por: Anónimo
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Pedro tenía una próspera granja en el campo, en medio de un trigal cuyas espigas se extendían a kilómetros alrededor, haciendo que fuese imposible distinguir nada más. Cuando el sol se ponía, su luz acariciaba suavemente las espigas de trigo, confiriéndole un brillo dorado y muy hermoso a su terreno.

Había construido su casa justo en medio del mismo. Era una construcción blanca de dos pisos, muy confortable, con un establo y un granero al lado para guardar la comida y a los animales.

Tenían puercos y gallinas, un par de vacas y un perro para cuidar la propiedad, pues no podían arriesgarse a perder a sus otros animales ni la cosecha. El can estaba muy bien entrenado, era sumamente hábil y lo suficientemente grande como para amedrentar a cualquier desconocido.

Aquella noche, Pedro dormía como de costumbre al lado de su esposa, cuando unos ruidos en el exterior lo despertaron. El cielo todavía estaba oscuro y el reloj sobre su mesita de noche, indicaba que eran las tres de la mañana.

Justo cuando estaba por volverse a dormir, su esposa le habló, diciendo que ella también había escuchado esos extraños ruidos.

—Más vale que vayas a revisar, no vayan a ser ladrones.

—No puede ser, el perro nos habría avisado. Recuerda que ya antes atrapó a dos que querían meterse al gallinero y a uno hasta la pierna le mordió.

—De todas formas quiero que vayas a ver, tengo el presentimiento de que algo muy raro está pasando allá afuera.

Refunfuñando, Pedro se puso la chaqueta y los zapatos, tomó su escopeta y después de verificar que estaba cargada, salió de la casa. Lo primero que encontró fue a su fiel perro negro, agazapado en el porche y temblando. Tenía las orejas gachas y las patas sobre la cabeza, como si estuviera muy asustado.

Cuando se acercó a él, vio que estaba mirando fijamente hacia el trigal, donde alguien pasó corriendo rápidamente y se escondió entre las largas espigas.

Cuando Pedro la iluminó con su linterna, por poco se le detiene el corazón.

Aquello no era un hombre.

El espantapájaros, que meses atrás alguien había clavado en el límite de los campos de trigo, le sonrió de una manera diabólica. Tenía el hocico de un cerdo y manos como garras. Se dio cuenta de su miedo y se echó de reír de manera demoníaca, erizándole todos los pelos del cuerpo.

Cuando Pedro fue encontrado a la mañana siguiente por su esposa, estaba casi catatónico. Tuvieron que internarlo en una institución mental, pues no dejaba de repetir que el espantapájaros lo estaba vigilando.

La granja fue vendida al poco tiempo, ya que su esposa sentía que el terreno estaba mal,dito.


dami12568: genio/a mil gracias
Anónimo: Hola!!!, = ) Si te ayudo dame corona, si no te ayude márcame una estrella e intentare mejorarlo :3
dami12568: no ahora estoy esperando que me aparezca para ponerte corona mil gracias
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