Respuestas
Respuesta:
En ella, Amarilis hace una declaración de amor platónico a Lope de Vega, de un amor profano, no divino, pro idealizado“El sustentarse amor sin esperanza, /es fineza tan rara, que quisiera/ saber si en algún pecho se ha hallado, /que la más veces la desconfianza amortigua la llama que pudiera / obligar con amar lo deseado;…” “Quiero pues comenzar a darte cuenta / de mis padres y patria y de mi estado / porque sepas quien te ama y quien te escribe…”
“… fundó ciudades y dejó memorias, / que eternas quedarán en las historias: /a quien en un valle ameno/ de tantos bienes y delicias lleno, / que siempre es primavera, /merced del dueño de la cuarta esfera, / la ciudad de León fue edificada, / y con hado dichoso, / quedó de héroes fortísimos poblada”.
Al hablar de sí misma, “Amarilis” muestra una aguda capacidad introspectiva para analizar su propio sentimiento amoroso: examina cuidadosamente las razones y los peligros de su declaración.
En torno a la identidad de “Amarilis” se han tejido las siguientes hipótesis: José de la Riva Agüero manifiesta que pudo ser María Tello de Lara y Arévalo Espinoza, debido a algunas coincidencias biográficas.
La del erudito norteamericano Irving Leonard, quien pone en el ruedo a Ana Morillo. La de Manuel de Mendiburo, militar e historiador limeño, quien sostiene que fue María de Figueroa.
La atrevida hipótesis de Ricardo Palma Soriano sostiene que fue un hombre y no una mujer, el autor de la enigmática Epístola, basándose en el hecho de que en aquellos tiempos las mujeres no tenían acceso a la cultura, y que el texto no pertenece por ende a ninguna de las nombradas.
Pero la mayoría de los autores coincide en que se trata de una mujer. Hombre o mujer, la persona que escribió la “Epístola a Belardo” realizó una obra notable, que ni siquiera “El monstruo de la naturaleza”
– tal como llamara Cervantes a Lope de Vega – pudo alcanzar en la respuesta de “Belardo a Amarilis”, superar a la misma que lo amaba:
“Ahora creo, y en razón lo fundó, /Amarilis Indiana, que estoy muerto / pues que vos me escribís del otro mundo, / lo que en duda temí, tendré por cierto, / pues desde el mar del Sur nave de pluma, / en las puertas del alma toma puerto.
“Al fineza de los versos, la dulzura del tono, lo desesperado del sentimiento, la maestría de la composición hace de “Amarilis” exquisita muestra de lirismo.