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Respuesta:
Espero te sirva
Explicación:
El mundo ha empezado la transición hacia una Economía Circular (EC). Este paradigma es cada vez más reconocido cómo la estrategia más lógica para desvincular el crecimiento económico del daño ambiental. Las principales economías de Europa y Asia están adoptando este modelo como un marco de desarrollo estratégico. Los principios de la Economía Circular se inspiran principalmente en la filosofía Cradle to Cradle® (C2C), lo cual refuerza su capacidad de impulsar acciones hacia el Desarrollo Sostenible. C2C se fundamenta en estrictos requisitos de salud de los materiales y diseño eco-inteligente. Por lo tanto, una EC basada en estos principios nos desafía a repensar cómo diseñamos, producimos, comercializamos y consumimos productos. Dentro de esta estrategia, se distingue entre ciclos biológicos y técnicos, con el fin de recircular de forma segura e infinita todos los materiales que se encuentran en el planeta. Además, una Economía Circular busca eliminar todas las externalidades negativas, como la emisión de sustancias tóxicas que conducen al cambio climático y a la contaminación del agua, el aire y el suelo. Desde 2010, la Fundación Ellen MacArthur ha acelerado esta transición, reuniendo a gobiernos, empresas, ONGs, instituciones académicas y empresarios. Aunque se ha avanzado mucho en este campo, todavía hay un largo camino por recorrer para lograr una transición global hacia una Economía Circular.
Por qué acelerar la transición hacia una Economía Circular en el Continente Americano?
Hay dos razones principales por las que el continente americano debería impulsar la transición hacia una Economía Circular. En primer lugar, existe una necesidad real de soluciones efectivas a los desafíos regionales de sostenibilidad, y en segundo lugar, una transición en nuestro continente contribuirá significativamente a lograr una Economía Circular a nivel global.
Para empezar, el continente americano en toda su extensión - 1.002 millones de personas que viven en 53 países - ha sufrido notablemente las consecuencias de los problemas de desarrollo sostenible que se expanden por todo el mundo, como los son el calentamiento global, la vulnerabilidad al cambio climático, la urbanización incontrolada y la generación exponencial de residuos. Como resultado de su heterogeneidad inherente, las diferentes regiones del continente han adoptado diferentes enfoques para hacer frente a estos desafíos. Así, las naciones más desarrolladas de las Américas, como Canadá y Estados Unidos, gracias a sus fuertes instituciones, el acceso a recursos financieros y una amplia capacidad tecnológica y de innovación han estado adelantando economías más sostenibles. Sin embargo, sus patrones de producción y consumo son todavía considerados insostenibles. Por el contrario, los países de América Latina y el Caribe aún están luchando por encontrar una estrategia clara para progresar económicamente sin perjudicar el medio ambiente, pues dependen altamente en las industrias extractivas y poseen brechas importantes en infraestructura y tecnología.
En este contexto, el papel del continente americano para lograr una Economía Circular global es importante porque (1) presenta una creciente tasa de población y urbanización; (2) la mayoría de las naciones americanas todavía están construyendo sus estrategias de desarrollo y en cierta medida no están tan bloqueadas en una economía lineal como lo están otras naciones más desarrolladas; (3) los asuntos ambientales no son bien atendidos y hay oportunidades para mejorar las regulaciones y los patrones de consumo y producción; y (4) hay grandes hectáreas de activos naturales y ecosistemas para proteger, ya que algunos de los países más biodiversos del mundo están en el continente (por ejemplo, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú, Estados Unidos y Venezuela).
Así, los esfuerzos conscientes y colaborativos hacia una EC conducirán a soluciones eficaces para hacer frente a las tendencias actuales del crecimiento demográfico y urbanización. Las 53 naciones americanas representan el 14% de la población mundial, con un crecimiento estimado del 23% en el año 2050 (1.2 mil millones de personas), con el 80% de la población viviendo en áreas urbanas y el 70% siendo la población ,