Respuestas
La convivencia, su aprendizaje y su práctica, definen sin duda a los centros educativos. Su gestión, con los inevitables conflictos derivados de la misma, marca la diferencia entre los centros que aprovechan la convivencia para educar y formar en el respeto, la tolerancia y la aceptación de la diversidad, y aquellos que no. Trabajar la convivencia exige un esfuerzo ímprobo y denodado. Gestionar la convivencia no está pagado, en especial para los tutores de Infantil y Primaria que no disponen de hora específica de tutoría, gracias LOMCE, ni para los tutores de ESO y Bachillerato que deben gestionar la convivencia de personas en formación, los adolescentes, cuya interacción suele ser conflictiva per se.
Olvidamos, por desgracia, que la función de la Escuela no es transmitir contenidos. Aunque la presión de la LOMCE, las evaluaciones externas y la sociedad competitiva demande eficacia y adquisición de competencias, la Escuela está para otra cosa: formar a personas que serán futuros ciudadanos.