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Cantuña y su pacto con el diablo
Cantuña era un respetado indígena en los tiempos coloniales al que le fue encomendada la construcción del atrio de la Iglesia de San Francisco en Quito.
La paga por dicha labor era muy buena, pero la condición era que debía realizarse en el menor tiempo posible. Cantuña entonces decidió vender su alma al diablo con la condición que todas las piedras del atrio estuvieran allí puestas antes de que salieran los primeros rayos del sol.
Éste grabó en una piedra que cualquier persona que la tocara reconocería únicamente a Dios.Tres pequeños demonios que trabajaban esa noche no pudieron tocar la piedra y dejaron incompleta la construcción.
Cuando el diablo llegó para llevarse el alma de Cantuña, éste reclamó que la obra no había sido completada y que por tanto no se podía cumplir el trato, ganando su alma de vuelta.
Explicación: espero sirva
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Emilio Estrada fue presidente del consejo de Municipal de Guayaquil y presidente de la república por pocos meses. Se destacó por servir a su ciudad Guayaquil en el ámbito laboral y privado. Después, de ganar la presidencia en elecciones presidenciales tuvo que declinar al verse afectado por su estado de salud.
Pero la historia parte después de la muerte del ex presidente. Ser dice que habría vendido el alma al diablo. El presidente ordeno construir un mausoleo de cobre para impedir que el diablo se lleve su alma, como “fue lo pactado”. El diablo enfurecido mando a custodiar de demonios el mausoleo para no dejarlo descansar en paz.
Se infiere que se han visto a un hombre elegantemente vestidos dando paseos ceca del mausoleo de Estrada. Se dice que ese hombre es el ex presidente hablando con las personas que esperan el transporte público
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