Me ayudan con una historia trágica con un final de muerte.
Gracias
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La Leyenda de Piedra Morada y Hang
En la confluencia de dos mundos, el vivo y la muerta celebran, natural y sobrenaturalmente, sus nupcias. Al cabo de tres noches de amor tienen que separarse. La princesa lo despide dándole una perla. Perla que Han Chung muestra al rey al informarle que, después de todo, la princesa y él se casaron.
Con un increíble cuento de fantasmas -exclama el rey-quieres justificar el hecho de haber violado la tumba. La perla que me muestras está probando que fuiste allí a robar las joyas de mi hija muerta.
Y ordena que lo arresten. Han Chung se escapa de la prisión y vuelve a la tumba, donde refiere a Piedra Morada lo ocurrido. El alma de la princesa se le aparece al rey y lo convence de que Han Chung hadicho la verdad.»
Los cuentos de fantasmas acusan una de las inquietudes fundamentales del hombre: su preocupación frente a la muerte. Freud explicaba que el temor a la muerte es uno de los miedos esenciales del Individuo y que por eso el Instinto de conservación es el primero y más violento. Es esta carga de ansiedad la que sugeriría al Inconciente las posibles soluciones a la muerte. Estas se traducen a lo largo de’las civilizaciones en diferentes mitologías. Lo curioso es que, sin tener absolutamente ninguna conexión entre sí, las historias tengan analogías.
LA LEYENDA DE ORFEO Y EURÍDICE: Por ejemplo en la mitología griega el mito de Orfeo tiene puntos en común con la historia de la dinastía Hang. Orfeo, reputado como el músico más fascinante de la antigüedad, consigue seducir a las fieras con sus melodías. El día de su casamiento, una serpiente mata a su mujer, Eurídice.
Orfeo y Euridice
Leyenda de Orfeo y Euridice
Orfeo desciende a los infiernos y encanta con su música a las deidades infernales, que violan sus más férreos principios y le entregan a Eurídice, imponiéndole una condición: en su camino de vuelta al mundo no deberá mirar para atrás. Pero la curiosidad por lo vedado hace que Orfeo se vuelva y pierde a Eurídice. Regresado de esta manera a la vida, el músico deja su Instrumento y el hombre languidece de pena. Las bacantes, entonces, lo destrozan.
Una y otra historia, ambas procedentes de dos civilizaciones completamente distintas y hasta se diría antagónicas, coinciden en una excursión al país de la muerte y en el hecho de que sólo el amor puede trasponer sus fronteras. La historia oriental revela una mayor confianza en las bondades del más allá; los griegos, en cambio, demarcan claramente su criterio de hostilidad entre uno y otro mundo. La hazaña de Orfeo es posible -es la moraleja de esta historia– pero no sirve para nada.
Otra de las observaciones fundamentales en los grandes libros es la historia de Lázaro, consignada en la Biblia. Cristo resucita a Lázaro, y aunque el texto sagrado no abunde en detalles, es claro que Lázaro no puede retornar a su vida anterior.
Adviértase aquí la coincidencia con la figura de Orfeo, al regresar de los infiernos: tanto uno como otro se tornan melancólicos. Muchos escritores y poetas trataron a ambos personajes, y en casi todas las versiones Lázaro, en lugar de un privilegiado de la fortuna, aparece como un desgraciado suspendido entre uno y otro mundo.
Lázaro y Cristo
Lázaro es Curado
Los escritores católicos interpretan la anécdota como una enseñanza de Cristo demostrando la inutilidad de violar el secreto de la muerte. Porque la única forma de resurrección para el cristianismo es en el espíritu y no en la materia. La resurrección en el espíritu implica la bienaventuranza, pero en la materia supone la melancolía y la confusión. Pero curiosamente paganismo y cristianismo coinciden en este punto: tanto Lázaro como Orfeo, de su excursión al más allá, sacan sólo una profunda desdicha. La tradición china, en cambio, supone que se puede transitar de uno a otro estado (el amante cohabitando con la amada muerta) como si ambos fueran aspectos de una misma realidad.