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Uno de los grandes dilemas que ha tenido en todo su desarrollo y evolución el ser humano es la definición de la belleza. La belleza es un concepto complejo que se debate entre lo objetivo y lo subjetivo, lo tangible y lo abstracto, lo común y lo excelso. Según el diccionario de la Real Academia Española, belleza es una propiedad de las cosas que permite amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Desde el punto de vista más común, se define la belleza como la característica de una cosa que, a través de una percepción sensorial, es capaz de causar una sensación de placer o bienestar. En la filosofía, la belleza, se desprende de la rama Estética, y esta se traduce como la filosofía del arte, filosofía del sentimiento, la tomamos como teoría del gusto y de la expresión en todos los sentidos. Para llegar a unas apreciaciones exactas sobre la belleza, citaré algunos conceptos de grandes filósofos que han hecho su aporte para el enriquecimiento de esta. Remontémonos el siglo v a.C., Jenofonte (1) afirmó que existen 3 categorías de belleza: la belleza ideal (composición en partes) la belleza espiritual (el alma y su expresión en la mirada) la belleza funcional (utilidad). Con esto podemos concluir que las cosas son bellas o feas a la vez, según con qué fin se persigan. Después Platón (2) toma el concepto de Pitágoras, el cual la noción de belleza es armonía y proporción y lo fusiona con el concepto del esplendor, el cual la belleza reside en la luz intangible. En resumen la belleza para Platón es algo independiente de lo físico, y no tiene por qué tomarse tan solo como un objeto tangible, así que la belleza es algo suprasensible y está más allá de lo intelectual y material. En el siglo XVIII David Hume (3), reflexiona sobre el tema de la belleza y de ahí se desarrolla la belleza subjetiva: “Hay que admitir que existen ciertas cualidades de los objetos que están adaptadas por naturaleza para suscitar esos sentimientos específicos (…) Aquí son útiles, por lo tanto, las reglas generales de la belleza ya que derivan de modelos reconocidos y de la observación de lo que gusta o disgusta”. Hume nos quiere dar a entender que la belleza es relativa a la apreciación del observador, la belleza no es una cualidad del objeto sino que pertenece enteramente al sentimiento interno. Diderot (4) es un poco ajeno a lo sensible y dice: «La indeterminación de esas relaciones, la facilidad de captarlas y el placer que acompaña a su percepción, son los que crean la ilusión de que lo bello era más un asunto sentimental que racional». Diderot ve dos maneras de percibir lo bello, fuera de uno y en relación con uno y más importante aún percibe lo bello real y lo bello percibido. Y con un concepto diferente a los anteriores Schopenhauer dice: “La belleza consiste, por consiguiente, en la representación fiel y exacta de la voluntad en general, con ayuda de su fenómeno en el espacio solo, mientras que la gracia consiste en la representación adecuada de la voluntad con ayuda de su fenómeno en el tiempo,..”
Concepto actual de la belleza
En la actualidad, para que un objeto adquiera la cualidad de bello, lo tendrá por su apariencia, y no se tiene en cuenta ni su utilidad y ni siquiera el fin para el cual va a ser utilizado. La estética en estos años ha perdido su valor sentimental y sensorial, el cual, hace unos siglos era su pilar fundamental. El arte para algunos ha perdido el valor y se ha transformado para otros en sinónimo de rebeldía. Los valores que se tiene para considerar algo bello hoy en día no son más que un poco egoístas y modestos; y algunas veces estos se dejan llevar por los deseos y conceptos de belleza de otros.
En conclusión, no puede haber ninguna regla de gusto objetiva que determine el concepto de lo bello, puesto que este depende de la percepción que cada uno pueda llegar a encontrar en cierto objeto o incluso sensación. Cuando estemos liberados del mínimo apego de pensar en nosotros mismos, el placer da lugar a que se perciba la belleza, una persona alejada de cualquier pensamiento egoísta alcanza una visión de la vida entera como fuente de belleza.
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