Respuestas
14 de marzo, 2015.- No existen más que dos reglas para escribir: la primera es tener algo que decir, y la segunda saber cómo decirlo.
Todo escritor siempre debe expresar grandes cosas mediante pequeñas palabras. Y, lo más importante: el narrador debe conservar invariablemente su asombro y sus ojos de niño.
Esto último es sumamente imprescindible porque la creación literaria es un viaje a la verdad, pero atravesando el reino de la fantasía y la mentira.
Por otra parte, para escribir bien, primero hay que leer bastante pues uno no vale por lo que escribe sino por lo que ha leído. Hay un proverbio árabe, muy cierto, el cual señala que los libros, los caminos y los días le dan al hombre sabiduría.
Ahora bien, respecto a la rigurosidad con que se escribe un libro, éste siempre debe construirse con la minuciosidad de un artificio de relojería, y venderse como un plato de frito con cebiche.
La novela y el cuento son dos géneros diferentes. A decir de Hemingway, en la novela el escritor gana por puntos, pero en el cuento se impone por knock-out. Yo añadiría que la novela es surcar mar adentro en un transatlántico, en tanto que el cuento es ir de caleta en caleta y pegado a la orilla.
Escribimos para recrear, a nuestra manera, nuestra vida y la de los demás. Y al hacerlo le robamos vida a la muerte. También escribimos por el anhelo egoísta de perpetuar nuestra voz.