Respuestas
Respuesta:El hombre ha caído del tiempo paradisíaco y se ve diferente en la historia.
Sin embargo, aunque esté alejado de él, ocupa el centro de su conciencia, pues el
tiempo no está hecho para ser conocido, sino para ser vivido. Mientras la conciencia implica distancia, un sentimiento de autonomía que sólo tiene un valor
subjetivo, la vivencia es un ser cualitativo y se caracteriza por su inmediatez objetiva (“Todo aquello que llega con tal inmediatez a mi yo que entra a formar
parte de él es una vivencia”, escribe Ortega en 1913, siguiendo a Dilthey). El
tiempo constituye nuestro elemento vital. De las dos concepciones clásicas del
tiempo, la temporal hebrea y la intemporal griega, esta última fue incorporada
por la espiritualidad cristiana, ya que el Espíritu en sí mismo es intemporal,
eterno. La noción de que el alma, y no los cuerpos, es la verdadera medida del
tiempo subyace en la doctrina de Plotino, para quien el tiempo es una “categoría
íntima”, y se prolonga en el pensamiento de San Agustín, donde el tiempo aparece como realidad vivida. En la edad moderna, la concepción absolutista de
Newton y la relacionista de Leibnitz son asimiladas por Kant, que concibe el
tiempo como una concepción apriorística. La gran aportación de la cultura romántica fue el descubrimiento del individuo. La insistencia en lo temporal y lo
histórico se plasma en la filosofía de Bergson, cuyo método intuitivo intenta penetrar la realidad y extraer de ella, por medio de imágenes, lo que los conceptos
son incapaces de revelar, visible en el contraste machadiano entre razón e intuición, y en la filosofía de Dilthey, donde la conciencia trascendental se resuelve
en conciencia histórica. Dentro del temporalismo contemporáneo, el idealismo
fenomenológico de Husserl, que concibe el tiempo como la forma unitaria de las
vivencias en el flujo de lo vivido, y el existencialismo del primer Heidegger, representado por Ser y Tiempo y la conferencia sobre qué es metafísica, donde el
tiempo se concibe a partir de la muerte, constituyen dos referencias ineludibles
en el pensamiento de Machado. En sus escritos, el tiempo es un aspecto de la
heterogeneidad propia del alma, una consecuencia de su honda soledad1.
Dentro de la historia literaria hispánica, el modernismo se presenta como
un movimiento de rebeldía frente al positivismo burgués, afirmando el espíritu
individual del artista y desarrollando las potencias irracionales: el sentimiento,
la memoria y la imaginación. El irracionalismo conlleva el alejamiento de toda
generalización, elevando a primer término la concepción temporalista de la vida
Explicación:LA VERDAD NO SE SI ES ESTO PERO ESPERO QUE AYUDE