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Cómo trabajar el desarrollo de un personaje
Los personajes son los seres de ficción que con sus actos desarrollan el argumento de la historia. Estos seres de ficción no tienen por qué ser seres humanos: pueden ser animales, plantas, objetos, seres de fantasía…; pero para ser buenos personajes tienen que tener una cualidad indispensable: tener un buen desarrollo.
Es el mundo interior de los personajes lo que hace que el lector se identifique, a través de ellos, con la historia. Al leer, juzga sus actos y los condena o aprueba porque los compara con lo que él mismo, o las personas de su entorno, haría en unas circunstancias similares.
Trabajar el desarrollo del personaje implica no solo que debas darle un pasado y un carácter concreto, sino sobre todo ocuparte de reflejar la vida interior de tu personaje a lo largo de la narración.
Más allá de las fichas de personaje
En el momento de planificación de una novela, es recomendable preparar una ficha de personaje.
El problema es que a menudo estas fichas no se abordan de manera correcta. El escritor se esmera en anotar una enorme ristra de datos sobre el personaje sin tener en cuenta que:
Basta con apuntar aquellos datos que son relevantes para el desarrollo de la historia.
Es más importante hacer hincapié en los aspectos psicológicos y éticos del personaje, en su carácter, que en datos físicos o externos.
Si las fichas de personaje muestran al personaje más por fuera que por dentro es porque muchos escritores noveles se olvidan de trabajar el correspondiente desarrollo del personaje y, todavía peor, no se ocupan de reflejar en su obra el mundo interior de sus personajes.
De hecho, algunos autores de género (thriller, fantasía épica, aventuras) consideran que dejar constancia de las reflexiones o sentimientos de sus personajes es superfluo porque sus historias lo que precisan es acción (en el sentido de movimiento, persecuciones, luchas, etc.)
Pero, como hemos dicho, ningún autor debe prescindir de reflejar la vida interior y el desarrollo del personaje, porque es precisamente por eso por lo que leemos ficción. Para aprender más sobre nosotros mismos y los demás, en cuanto seres humanos.
No leemos solo por la fuerza del argumento o la disposición de la trama, leemos por los personajes. No nos basta con ver a un aguerrido guerrero elfo luchar, queremos saber si siente miedo, ira o si la costumbre ha terminado por convertirlo en una insensible máquina de guerra.
El desarrollo del personaje
Lo primero que tienes que tener en cuenta es que tus personajes tienen que cambiar a lo largo de la historia. Cuando esta acaba no pueden ser los mismos que cuando todo empezó, como tú no eres hoy el mismo que eras hace un tiempo.
Las vivencias, incluso las anodinas experiencias cotidianas, nos hacen cambiar. Maduramos, aprendemos cosas, nos llevamos desengaños. La alegría y la pena nos transforman. Así que imagínate a tu personaje, que va a tener que afrontar una situación que va a alterar su día a día y le va a hacer enfrentarse a un conflicto y diversos obstáculos.
En este artículo te damos algunas pautas para verificar si has trabajado bien el desarrollo del personaje.
Ese personaje un poco cándido va a tener que espabilarse y convertirse en alguien más malicioso. Pero puede que al final tome la decisión consciente de que no quiere acabar siendo una persona desconfiada y trate de volver a mirar el mundo con cierta inocencia.
Ese otro personaje terriblemente egoísta va a tener que aprender que no puede usar a los demás a su antojo y va a comprender que tiene que preocuparse un poco por lo que les sucede a los otros. Pero esto no lo hace por bondad, sino en su propio interés.
Por tanto, antes de empezar a escribir toma nota de quién es tu personaje al principio de la historia. Piensa después en los acontecimientos que va a tener qué afrontar. Y medita muy bien en cómo le van a hacer cambiar.
Pero ten presente que, por lo general, las personas somos incapaces de darnos la vuelta como un calcetín. Nuestra esencia permanece siempre, por eso ten mucho cuidado con los cambios radicales, como esos villanos que se vuelven buenísimos al final de la novela.
Apunta todas las ideas que tengas al respecto para usarlas después mientras escribes.
Explicación:
Respuesta:
El auto bale carta no sabes conducir y vales v. e. r. g.