• Asignatura: Castellano
  • Autor: paz384205
  • hace 4 años

escribir un ensayo sobre La amistad de Fierro y Cruz.

Respuestas

Respuesta dada por: genesiscr
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Fierro y Cruz según Hernández

Fierro es perseguido por la justicia; se lo busca por asesino y desertor; una noche en el monte, el forajido es acorralado por una patrulla policial; el renegado lucha con bravura pero lo ponen en jaque mortal; cuando está a punto de ser vencido, se escucha la voz de uno de los uniformados: “Y dijo: ‘Cruz no consiente/ que se cometa el delito/ de matar ansí un valiente’./ Y áhi nomás se me aparió/ dentrándole a la partida./ Yo les hice otra embestida/ pues entre dos era robo;/ y el Cruz era como lobo/ que defiende su guarida”. Conmovido por el derroche de valentía del gaucho Martín, Cruz se cruza “de vereda” para luchar a la par del que ha ido a “cazar” y contra los que han sido sus compañeros minutos antes.

Derrotada la policía y más tranquilos, los matreros se confiesan sus congojas. Cruz cuenta su vida que se asemeja a la de Fierro: el lector percibe que ambos son “hermanos” en la desdicha; están golpeados por las mismas injusticias que se comenten contra los guachos. Como una moneda, están forjados con el mismo material, uno es cara y el otro es Cruz.

Como sus cabezas tienen precio en la “civilización”, deciden profundizar su marginalidad y huir a un territorio doblemente “salvaje”: el desierto y las tolderías. Así se cierra la “Ida”: “Y cuando la habían pasao,/ una madrugada clara/ le dijo Cruz que mirara/ las últimas poblaciones; / y a Fierro dos lagrimones/ le rodaron por la cara. //Y siguiendo el fiel del rumbo/ se entraron en el desierto-/ no sé si los habrán muerto/ en alguna correría, / pero espero que algún día/ sabré de ellos algo cierto”.

A esta dupla gauchesca la relaciono con algo que -alguna vez- Atahualpa Yupanqui contó: según sus dichos, cuando a un tal Don Justino Leiva -hombre sabio de bigote cano machado por el cigarrillo- le preguntaron qué era la amistad, éste respondió que “Un amigo es uno mismo pero con otro cuero”.

Fierro y Cruz según Borges

En Argentina, el “Día del Lector” se celebra en homenaje al nacimiento del escritor de “Ficciones” y “El Aleph”: Borges nació un 24 de agosto de 1899. Unas de sus frases más famosas reza: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”. En su adultez, su discapacidad visual -¡ironías de la vida: un escritor ciego!- no es un obstáculo insoslayable para convivir con los libros: “yo sigo jugando a no ser ciego, yo sigo comprando libros, yo sigo llenando mi casa de libros... Pienso que el libro es una de las posibilidades de felicidad que tenemos los hombres”.

Desde su infancia, se convierte en un gran “devorador” de textos; lee de todo un poco pero hay una obra literaria vedada por su madre: “Martín Fierro”. Con el paso del tiempo y contrariando el mandato materno, Borges dictará conferencias sobre la obra de Hernández y escribirá cuentos sobre las desventuras de Fierro como son: “El fin” y “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz (1829- 1874)”.

Con respecto a este último cuento, Borges ensaya una biografía de Cruz donde le inventa un nombre completo (Tadeo Isidoro) y explica el origen de su apellido (huérfano de padre hereda el apellido de su madre). Al lector se le plantean algunos interrogantes: ¿Por qué se vuelve a narrar lo que ya narró Hernández? ¿Estamos al borde del plagio?

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