¿Qué nos parecieron los roles que asumimos en el cuento? ¿Por qué?
del cuento :
Un día, durante el verano pasado, Macarena estaba entrenando fútbol, porque tenía un partido muy importante al día siguiente. Ella se esforzaba mucho; pero, también, se sentía muy nerviosa y no podía concentrarse en el entrenamiento, motivo por el cual cometía muchas fallas.
Corría, corría y corría con la pelota y tropezaba constantemente. Cuando recibía un pase de sus compañeras, pateaba al aire o dejaba pasar la pelota. Volvía a correr, correr y correr hasta sentirse agotada. Era notorio que no estaba bien. Por ello, la entrenadora le aconsejó que regresara a su casa e intentara relajarse. Sin embargo, esta recomendación solo hizo que se sintiera peor y se fue muy desanimada.
Cuando Macarena llegó a su casa, su papá, Carlos, estaba limpiando el piso, pero el estar ocupado no impidió que notara que su hija estaba muy triste. Como quería animarla, después de terminar de encerar el piso, decidió cocinar para el almuerzo el plato favorito de Macarena: tallarines verdes.
Lamentablemente, ese día, la madre de Macarena llegaría tarde, así que no podría consolarla como hubiera querido. Su mamá, quien trabajaba en construcción, tuvo una complicación en la mezcla de cemento que hacía. Ella movía, movía y movía la mezcla, pero tardaba en quedar compacta. Cuando logró el punto necesario de la mezcla, se puso a tarrajear, tarrajear y tarrajear la pared que tenía pendiente.
Por su parte, el hermano de Macarena se encontraba en sus clases de danza. Justo, ese día, la profesora le dijo que debía quedarse más tiempo para seguir practicando algunos movimientos. Él saltaba, saltaba y saltaba al ritmo de la música; también, giraba, giraba y giraba en puntillas con mucho esmero, sin saber que Macarena estaba triste.
Durante el almuerzo, padre e hija comieron los deliciosos tallarines verdes. Carlos, al observar a Macarena más animada, aprovechó para preguntarle qué le había sucedido y por qué estaba desanimada. Ella, al ver a su papá atento a escucharla, le contó lo ocurrido en las prácticas de fútbol.
Carlos no solo entendió la situación de su hija, sino que buscó la manera de animarla. Él recordó un antiguo juego de su infancia, que siempre que se sentía triste o desanimado lo animaba mucho: yaces. Entonces, Carlos le enseñó a jugar yaces a Macarena. Le explicó que debía lanzar la pelota y, mientras esta quedaba en el aire, coger los yaces. Le indicó cada nombre y formas de jugar: “levis”, “levis con palmada”, “pasadita”, y las demás. Al principio, Macarena no entendía el juego, pero poco a poco fue aprendiendo las varias formas de jugar, tanto así que cada vez le gustaban más y se sentía animada. Macarena y su papá terminaron jugando por horas.
Finalmente, Carlos le dijo a Macarena que la razón por la que su madre y su hermano estaban ausentes en el almuerzo era porque querían terminar sus obligaciones para estar libres y pudieran ir al campeonato el día siguiente y apoyarla en su partido. Escuchar esta razón hizo que Macarena dejara de estar nerviosa, recuperara su confianza y se sintiera completamente animada.
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ay es mucho yo lo hago como la mitad
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cuantos puntos das
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