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Respuesta:
a literatura hispano-árabe es una de las manifestaciones más brillantes de la cultura arábigo-islámica en la Peninsula Ibérica (ss. VII-XV) y también uno de los temas que ha dado más brillo a la ciencia española en el campo del arabismo.
Explicación: ESPERO QUE TE SIRVA
Respuesta:
literatura hispano-árabe, el testimonio de al-Tirasi (siglo XIII):. «En lo antiguo ... Fue uno de esos estudiosos que fueron a buscar a Oriente las fuentes ... de los árabes en el que se habla, si no de todo lo divino, que para esto está
Explicación:
A principios del siglo VIII, la Península Ibérica recibió su última invasión histórica de un pueblo ultramarino mediterráneo: los árabes, pueblo semita procedente del Oriente Medio, conquistaron la Hispania visigoda.
Durante siglos habían permanecido dentro de los límites de la península asiática a la que dieron nombre, como nómadas de sus desiertos, pastores de camellos y caravaneros que unían el océano índico con el Mediterráneo, a través del Creciente Fértil, hasta que un árabe genial e iluminado, Mahoma, a mediados del siglo VII había predicado una nueva religión, el último monoteísmo semítico que el Oriente Medio exportará al mundo. Con este impulso religioso los árabes, ahora musulmanes, es decir, sometidos a Alá, el Dios único, habían conquistado la gran Siria, haciendo tambalearse al Imperio Bizantino, y aún más, habían derribado al persa, avanzando hacia el Indo por las tierras asiáticas por el camino de Alejandro. Por occidente habían conquistado el milenario Egipto, sin que el desierto libio fuese barrera para ellos, hijos de desiertos tan duros como el africano, avanzando por el norte de África, hasta mojar los cascos de sus caballos en el océano Atlántico.
Desde la península que África proyecta sobre el Mediterráneo, Ifrīqiya, llamada hoy el Magreb, el camino hacia la Península Ibérica es fácil: el Mediterráneo se allana entre Túnez y las costas del sudeste hispánico y forma un canal navegable que Braudel llamó «el canal de la Mancha Mediterráneo»; la separación entre el Calpe hispánico, que se llamará a partir de la conquista Gibraltar, Monte de Grafíaāriq, el conquistador