• Asignatura: Biología
  • Autor: yulianaabigailcalvo
  • hace 5 años

su función en evitar las hemorragia

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Respuesta dada por: juanandreshurtado13
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Respuesta:

Una hemorragia es la ruptura de vasos sanguíneos arteriales, venosos o capilares. Se trata de una situación grave y de urgencia, en la que se pierde una cantidad considerable de sangre de manera rápida.

Esta pérdida puede causar estragos en las zonas afectadas, o incluso puede conducir a la muerte. Por ende, en casos de lesiones con hemorragia, son importantes los primeros auxilios. Toda pérdida de sangre debe ser controlada cuanto antes.

Cuando se producen hemorragias, el propio organismo se encarga de reparar el vaso sanguíneo que se ha roto. Así, forma un «tapón» o coágulo en la herida, con el fin de que cese el sangrado.

Sin embargo, uno mismo puede ayudar a la formación de ese «tapón», prestando la asistencia en caso de que se presente una hemorragia. Por supuesto, el cuidado dependerá del tipo de hemorragia del que se trate.

Hemorragia externa

En las hemorragias externas, la sangre fluye directamente al exterior del cuerpo. El origen de la hemorragia se conoce gracias al aspecto de la sangre:

Venas: sangre oscura que fluye a gran velocidad.

Arterias: sangre roja que fluye rápidamente.

Capilar: fluye poco, propia de heridas superficiales que dañan los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel.

De todas ellas, las hemorragias venosas o arteriales son las más graves. Para frenar el sangrado, hay que apretar fuertemente de manera directa sobre la herida, si es posible con alguna tela, como se detalla en un trabajo de grado presentado en la Universidad de Zaragoza.

Si la herida es demasiado grande y no somos capaces de abarcarla con ambas manos, podemos realizar un vendaje de compresión, es decir, un torniquete. Para heridas graves, este método constituye una solución efectiva, según una investigación publicada en Emergencias.

Por otra parte, la elevación de la parte lesionada también reduce la hemorragia. Por ejemplo, si la pérdida de sangre tiene lugar en los brazos, hay que levantarlos por encima de la cabeza; si es en las piernas, estas deberán elevarse con la persona tumbada.

Esta simple acción dificulta la circulación de la sangre, ya que con esta posición hacemos que disminuya la velocidad del flujo. De esta manera, ayudamos a retrasar la pérdida de sangre masiva y las complicaciones que pueden aparecer con posterioridad al sangrado.

Hemorragia interna

En las hemorragias internas, la sangre no fluye al exterior del cuerpo, sino que se queda en el interior. Se trata de una emergencia médica grave, aunque eso depende de los órganos afectados.

Las causas más comunes son traumas, algunas enfermedades y complicaciones en terapias médicas. De acuerdo con una publicación de Manual Merck, las personas que sufren una hemorragia interna presentan los siguientes síntomas:

Mareos.

Pulso débil.

Palidez extrema.

Hematomas en diferentes partes del cuerpo.

Si la hemorragia se produce en la zona del pecho, también puede presentar dificultad respiratoria.

Cuando el herido tenga estos signos, lo debemos tumbar horizontalmente, taparlo y tranquilizarlo. Resulta esencial controlar que la persona respire y tenga pulso. Asimismo, debemos asegurarnos de que no aparezcan signos de colapso o shock hipovolémico tales como sed, ansiedad, frío o taquicardia.


juanandreshurtado13: espero que te ayude
yulianaabigailcalvo: graciaa
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