• Asignatura: Biología
  • Autor: XMaiteX
  • hace 5 años

los cambios del nuevo ser en gestación, desde la fecundación hasta el nacimiento?

Respuestas

Respuesta dada por: jhonapagueno344
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Antes de la cuarta semana no tiene todavía aspecto humano.

A las 4 semanas, el embrión tiene el tamaño de un grano de arroz y forma como de reptil.

A las 6 semanas se le pueden ver los ojos cerrados, la columna vertebral y un corazón que late.

En la séptima semana el embrión ha crecido unas 10.000 veces más que el óvulo fecundado. La madre presentará su primera falta de menstruación y puede notar algunos signos: cansancio, mareos, vómitos y náuseas matutinas...

De las 8 a las 12 semanas:

Ya todos los órganos fetales están prácticamente formados y empiezan a funcionar. Ojos, nariz y boca están en su lugar definitivo.

A las 9 semanas los brazos y las piernas ya tienen sus tres partes: manos, antebrazo y brazo; y pie, pierna y muslo. Aparecen los dedos, pero no muy bien diferenciados todavía.

Es el momento adecuado para el primer examen ecográfico.

Durante los 3 primeros meses el bebé se denomina “embrión” (palabra derivada del griego embrio, “semilla”) y experimenta un crecimiento muy rápido y cambios muy importantes en su forma externa. El embrión se encuentra dentro del saco embrionario envuelto en las membranas precursoras de la placenta y flotando en líquido amniótico.

En la séptima semana el embrión ha crecido unas 10.000 veces más que el óvulo fecundado. La madre presentará su primera falta de menstruación y puede notar algunos signos: cansancio, mareos, vómitos y náuseas matutinas…

Al principio del tercer mes, se diferencian los órganos sexuales. Antes de este momento, si bien el sexo fetal está fijado desde el mismo momento de la concepción, no es posible a simple vista saber si el embrión es niño o niña ya que los órganos sexuales son aparentemente idénticos en ambos.

El cerebro del feto se recubre de huesos protectores, formándose el cráneo. No obstante, estos huesos no se sueldan entre sí, ya que el cerebro no ha adquirido aún su tamaño definitivo, y el cráneo debe ser flexible para poder pasar a través del canal del parto.

Se observan primero los párpados y después las cejas. Los ojos se mantienen cerrados, gracias a que los párpados están fusionados entre sí. Sólo se abrirán al llegar al octavo mes de gestación, cuando los globos oculares estén perfectamente formados y en disposición de cumplir sus funciones.

La piel del feto es muy rojiza, debido a que al ser muy fina y no existir panículo adiposo se transparentan los vasos sanguíneos.

Un vello que recibe el nombre de lanugo, empieza a extenderse sobre todo el cuerpo, cubriéndolo casi por entero en el curso del quinto mes.

Por estas mismas fechas aparece un unto sebáceo, llamado vérnix caseoso, segregado por las glándulas sebáceas de la piel, y que se mezcla con las células epidérmicas descamadas. Este sebo protege la piel del feto, evitando que se arrugue o deteriore al estar en contacto permanente con el agua. Es el responsable de que el feto, al nacer presente un aspecto grasiento.

En este momento aparecen también las cuerdas vocales, si bien el feto no las podrá utilizar hasta el momento del nacimiento, cuando consiga abandonar el medio acuoso que lo rodea hasta entonces.

El desarrollo de las diversas partes del organismo del feto es cada vez más manifiesto. Los dedos de los pies y manos exhiben unos endurecimientos que darán lugar a las uñas. El hígado y el riñón, aunque rudimentarios, empiezan a actuar. El aparato digestivo es cada vez más largo y perfecto.

El feto se mueve, pero de forma tan suave y delicada que su madre aún no puede percibirlo. No obstante, estos movimientos pueden seguirse perfectamente por ecografía. Se observa cómo el feto, si bien permanece inmóvil durante sus horas de descanso, se agita sin parar durante sus ratos de actividad. Sus extremidades se agitan también suavemente.

El líquido amniótico:

Protege al futuro bebé de golpes y ruidos, formando un almohadón líquido alrededor de él. También lo hace de los gérmenes que podrían llegarle de la vagina. La cavidad amniótica es hermética, y el líquido de su interior es absolutamente estéril. Permite los desplazamientos del bebé que, suspendido por el cordón umbilical, no sufre los efectos de la gravedad y se desplaza fácilmente por la cavidad apoyándose sobre la pared con los pies.

 

También aporta agua y sales minerales al feto, que las deglute. Ayuda al cuello a dilatarse en el momento del parto. La acumulación del líquido amniótico en la parte inferior del útero, al final del embarazo, forma la “bolsa de las aguas” que, al descender, contribuye a la dilatación del cuello. “Romper aguas” equivale a la ruptura de las membranas. El líquido amniótico que se escapa en ese momento sirve para lubricar las vías genitales a fin de que el niño las atraviese.

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