¿Cuáles son los dilemas del catolicismo?
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Claudia Touris es la editora de este libro, que es el resultado de una serie de exposiciones de las II Jornadas de Religión y Sociedad en la Argentina contemporánea y países del Cono Sur (Religar-Sur), celebradas en la ciudad de Buenos Aires en el año 2011. Este evento reunió a destacados especialistas del catolicismo en América Latina y Europa.
Dilemas del catolicismo contemporáneo en Europa y América Latina tiene como objetivo proporcionar diversos análisis acerca de los retos y dificultades del catolicismo como actor global en el mundo contemporáneo en diversos períodos históricos. A partir del estudio de casos, este libro, desde un punto de vista general, refleja el interés serio de hacer hincapié en la complejidad del catolicismo mundial, dando cuenta de los matices existentes.
Es importante señalar que desde la Revolución Francesa (1789) hasta el Concilio Vaticano II, la posición de la Iglesia con la modernidad ha sido de ‘antítesis’,1 puesto que esta última representaba un ataque contra el monopolio de la interpretación católica del mundo y al mismo tiempo constituía la pérdida de su hegemonía como guía espiritual de la sociedad, limitando seriamente su poder temporal. Será a partir del señalado Concilio cuando la Iglesia se convierta en un intérprete de los ‘signos de los tiempos’ e inicie una transformación significativa de autobservación y organización, la cual generó en el mundo católico una oscilación entre cambio y preservación de la tradición. Ello, por cierto, en un marco de secularización que enfrentaría al catolicismo a una heterogeneidad interna que aún no se define. El libro consta de ocho artículos (aparte del prólogo escrito por Claudia Touris) agrupados en tres ejes temáticos: secularización y laicidad; la crisis católica posconciliar y los movimientos de renovación y retradicionalización. Los tres artículos del primer eje sitúan al lector en interesantes análisis junto a un recorrido histórico de las tensiones entre Estados laicos con una población local mayoritariamente religiosa (católica) en tres países: Colombia (Ana María Bidegain en “Secularización y laicidad en Colombia, 1820-1886)”, México (Reneé de la Torre en “Laicidad o derechos por la vida: arenas del conflicto entre la Iglesia católica, el Estado y la sociedad civil en México)” y Francia (Phillipe Portier con el trabajo titulado “La metamorfosis de la laicidad francesa, 1880-2012)”, cada una con excepcionales particularidades.
En primer lugar, Ana María Bidegain nos muestra históricamente cómo llevaron adelante la secularización y laicidad los gobiernos liberales en Colombia (1849- 1885). Sobre este punto es interesante destacar que el liberalismo colombiano fue una de las experiencias más radicales de Latinoamérica durante el siglo XIX, período en que las nacientes repúblicas estaban inaugurando un ‘nuevo orden’ basado en los postulados de la Ilustración; este de alguna manera excluía todo lo relacionado con la religión católica, asociada a lo colonial, al atraso y, en definitiva, el ‘no progreso’. Fue así entonces que en Colombia hubo una separación de la Iglesia con respecto al Estado que provocó una serie de medidas como el desafuero eclesiástico y la expulsión de los jesuitas. Sin embargo, pese a ello, esta experiencia liberal en Colombia ‒según Bidegain‒, no logró imponer su proyecto debido a que lo religioso estaba muy arraigado dentro de la sociedad, además de faltar los recursos necesarios para llevarlo a cabo (p. 36).
En segundo lugar, Reené de la Torre articula su artículo en torno a la particularidad de un Estado laico regido constitucionalmente y permeado por una religiosidad y cultura católicas. A pesar de ello, De la Torre sostiene que a nivel de Estado la separación rígida de lo religioso está puesta en peligro debido al ascenso de la derecha política conservadora (algunos de ellos católicos de extrema derecha) al gobierno, tomando decisiones que ponían en peligro la autonomía del Estado (p. 39). Ello tuvo como resultado, a juicio de la autora, que no se respetase el carácter laico del Estado (plasmado en la Revolución Mexicana que confinaban lo religioso al ámbito privado). En ese sentido, De la Torre nos recuerda, por