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Pequeñas empresas que han proliferado alrededor de los dispositivos portátiles no sólo pretenden ofrecer gratis los servicios que también prestan las multinacionales, sino que aspiran a hacerlo mejor. Gracias a un aliado infalible, internet, comenzaron por cuestionar el monopolio de las compañías clásicas con los mensajes y la voz, y luego se atrevieron con los contenidos audiovisuales.
Tanto las estadísticas de hoy como las previsiones para mañana juegan a favor de los teléfonos y las tabletas. Y es que, por ejemplo, en tres años aproximadamente mil millones de personas tendrán un smartphone. Esta cifra supondrá que el volumen del negocio derivado de la utilización del móvil como transmisor y receptor de información de todo tipo ascenderá a un billón de euros.