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La política del Gran Garrote, Plan Garrote o Big Stick es el nombre con que se conoce a una tendencia en las relaciones diplomáticas estadounidenses de principios del siglo XX.

Caricatura de William Allen Rogers (1904), recreando un episodio de Los viajes de Gulliver.
Definición y origenEditar

Carta de Theodore Roosevelt en la que emplea la expresión "habla suave y lleva un gran garrote".
La expresión se origina en una frase escrita por el presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, en el año 1901, donde manifestaba su agrado porque el comité del Partido Republicano de Nueva York había expulsado a un consejero corrupto. La frase, tomada de un proverbio del África occidental era: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far).
Dos semanas antes de ser nombrado presidente —tras el asesinato de William McKinley por parte de un anarquista—, el entonces vicepresidente Roosevelt pronunció su famoso discurso en la Feria del estado de Minnessota, el 2 de septiembre de 1901, incluyendo la frase en cuestión. Roosevelt ya había empleado este proverbio en una carta dirigida a Henry W. Sprague en enero del año 1900. El famoso “gran garrote” de Roosevelt terminó por determinar numerosas actuaciones políticas, al igual que sirvió para identificar la doctrina internacional que aplicó como presidente.[1]
Tal concepto ilustra la voluntad de Roosevelt para realizar negociaciones y pactos con sus adversarios internos y externos, pero siempre mostrando la posibilidad de una actuación violenta como modo de presión. Aplicada a la política de Estados Unidos en América Latina, la frase mostraba que el régimen de Roosevelt podía presionar a los países latinoamericanos, particularmente los ribereños del mar Caribe con una intervención armada.
Señala el inicio del imperialismo estadounidense y de su actuación como potencia mundial. En América Latina comenzaría una ola de dominio político y económico estadounidense (a principios del siglo XX) justificada en la marcada extensión del "derecho" de Estados Unidos a intervenir en asuntos de otros países en defensa de los intereses de ciudadanos estadounidenses, encontrada en el "Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe" emitido por Theodore Roosevelt en su mensaje anual de 1904 como consecuencia de la intervención de las potencias europeas en el Bloqueo naval a Venezuela de 1902-1903.
Si una nación demuestra que sabe actuar con una eficacia razonable y con el sentido de las conveniencias en materia social y política, si mantiene el orden y respeta sus obligaciones, no tiene por qué temer una intervención de los Estados Unidos. La injusticia crónica o la importancia que resultan de un relajamiento general de las reglas de una sociedad civilizada pueden exigir que, en consecuencia, en América o fuera de ella, la intervención de una nación civilizada y, en el hemisferio occidental, la adhesión de los Estados Unidos a la Doctrina Monroe (basada en la frase «América para los americanos») puede obligar a los Estados Unidos, aunque en contra de sus deseos, en casos flagrantes de injusticia o de impotencia, a ejercer un poder de policía internacional.[2]
La Doctrina Monroe afirmaba que Estados Unidos actuará a fin de evitar intervenciones provenientes de fuera del continente americano (esencialmente de los países europeos). Se ha resumido, famosamente, en la frase "América para los americanos". Con el advenimiento del corolario, la frase llegó a adquirir el irónico sentido de "América para los estadounidenses".
Bajo la política del Gran Garrote se legitimó en la política externa estadounidense el uso de la fuerza como medio para defender los intereses -en el sentido más amplio- de los Estados Unidos, lo que ha resultado en numerosas intervenciones políticas y militares en todo el continente.