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Quizás para vos los tiempos verbales fueron un bodrio. Aquellas listas infinitas que debías memorizar cuando ibas al colegio: Yo amo, tu amas, nosotros amamos, etc. Y cuando estudiaste un idioma volviste a tropezar con lo mismo.
Pero si tu pasión es escribir o al menos encontraste en ello una fuente de placer, es tiempo de que les saqués las etiquetas peyorativas a los tiempos verbales y aprendás como usarlos.
En primer lugar, antes de comenzar un relato (o en el momento de corregirlo) necesitás elegir entre el presente o el pasado.
Si querés darle al lector la sensación de que está siendo testigo de algo que está pasando utilizás el presente: Vamos por la autopista, camino a Buenos Aires, y comienza a llover. El Presente Perfecto parece el tiempo verbal de moda, pero no te aconsejo enamorarte de esta forma.
Porque si tu idea es contar algo como si fuera una anécdota o la reconstrucción de algo que pasó, es preferible que utilicés el pasado: Íbamos por la autopista, camino a Buenos Aires, y comenzó a llover. En este ejemplo aplicamos dos tiempos verbales: el Pretérito Imperfecto del modo Indicativo (íbamos) para marcar algo que estaba sucediendo durante un tiempo y el Pretérito Perfecto Simple (comenzó), también llamado Pretérito Indefinido, que da énfasis a una acción puntual y hace avanzar nuestro relato.
Fijate que no sería lo mismo usar dos veces el mismo tiempo verbal en esa misma frase:
Íbamos por la autopista, camino a Buenos Aires, y comenzaba a llover. Pretérito Imperfecto, da la idea de que la acción importante viene más adelante. Esta es la forma en que solemos narrar los sueños.
O bien, Fuimos por la autopista, camino a Buenos Aires, y comenzó a llover. Todo en Pretérito Perfecto Simple. Parece que el viaje por la autopista fue corto (que sería un hecho extraño, digno de destacar) o bien que quien lo escribió no sabía utilizar los tiempos verbales.
Como conclusión, no deberíamos mezclar en las narraciones presente con pasado (salvo excepciones, que seguro las habrá, como son los tiempos internos de los diálogos o de las citas) y cuando usamos el pretérito colocamos el Perfecto Simple en las acciones concretas de lo que vamos a destacar y el Imperfecto en aquello que introduce nuestro relato o que sucede durante un tiempo prolongado sin un final definido, antes de los hechos principales.
Si ya formaste el hábito de leer buena literatura seguramente los verbos adecuados te van a sonar dentro de la cabeza. Y si no, podés comenzar ahora mismo leyendo algunos de estos, por ejemplo: Cien cuentos de Julio Cortázar y Jorge Luis Borges
Hay mucho más que decir sobre tiempos verbales en castellano, pero es enero y no tengo ganas de continuar escribiendo. Ya me enganché con el primero de los cien cuentos.