EL LEOPARDO EN SU ÁRBOL
Hubo una vez en la selva un leopardo muy nocturno. Apenas podía dormir por las noches, y
tumbado sobre la rama de su precioso árbol, se dedicaba a mirar lo que ocurría en la selva
durante la noche. Fue así como descubrió que en aquella selva había un ladrón,
observándole pasar cada noche a la ida con las manos vacías, y a la vuelta con los objetos
robados durante sus fechorías. Unas veces eran los plátanos del señor mono, otras la peluca
del león o las manchas de la cebra, y un día hasta el colmillo postizo que el gran elefante
solía llevar el secreto.
Pero como aquel leopardo era un tipo muy tranquilo que vivía al margen de todo el mundo,
no quiso decir nada a nadie, pues la cosa no iba con él, y, a decir verdad, le hacía gracia
descubrir esos secretillos.
Así, los animales llegaron a estar revolucionados por la presencia del sigiloso ladrón: el
elefante se sentía ridículo sin su colmillo, la cebra parecía un burro blanco y no digamos el
león, que ya no imponía ningún respeto estando calvo como una leona. Así estaban la
mayoría de los animales, furiosos, confundidos o ridículos, pero el leopardo siguió
tranquilo en su árbol, disfrutando incluso cada noche con los viajes del ladrón.
Sin embargo, una noche el ladrón se tomó vacaciones, y después de esperarlo durante largo
rato, el leopardo se cansó y decidió dormir un rato. Cuando despertó, se descubrió en un
lugar muy distinto del que era su hogar, flotando sobre el agua, aún subido al árbol. Estaba
en un pequeño lago dentro de una cueva, y a su alrededor pudo ver todos aquellos objetos
que noche tras noche había visto robar... ¡el ladrón había cortado el árbol y había robado su
propia casa con él dentro!. Aquello era el colmo, así que el leopardo, aprovechando que el
ladrón no estaba por allí, escapó corriendo, y al momento fue a ver al resto de animales
para contarles dónde guardaba sus cosas aquel ladrón...
Todos alabaron al leopardo por haber descubierto al ladrón y su escondite, y permitirles
recuperar sus cosas. Y resultó que al final, quien más salió perdiendo fue el leopardo, que
no pudo replantar su magnífico árbol y tuvo que conformarse con uno mucho peor y en un
sitio muy aburrido... y se lamentaba al recordar su indiferencia con los problemas de los
demás, viendo que, a la larga, por no haber hecho nada, se habían terminado convirtiendo
en sus propios problemas.
Con base en la lectura, responde las siguientes preguntas:
1. ¿Crees que la actitud del leopardo era la adecuada?
2. ¿Qué lección te deja esta historia?
3. ¿Crees que el leopardo aprendió la lección?
Respuestas
Respuesta dada por:
3
Respuesta:
oye enserio no sabes mira si me ayudas con mi pregunta respondo la tuya
Juanandresmontillave:
te puedes ganar 50 puntos. la pregunta esta en mi perfil
Respuesta dada por:
3
Respuesta:
1. la actitud del leopardo no estuvo buena porque como el que veía todas las cosas, debió detener al ladrón.
2. la lección que me deja está historia es que siempre debemos ayudar a las personas sin que sea nuestro problema.
3. el leopardo aprendió la lección porque iso caso al final.
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