Respuestas
En los campos de antelo, hacia el noventa
mi padre lo trató. Quizá cambiaron
unas parcas palabras olvidadas.
No recordaba de él sino una cosa:
el dorso de la oscura mano izquierda
cruzado de zarpazos. En la estancia
cada uno cumplía su destino:
éste era domador, tropero el otro,
aquél tiraba como nadie el lazo
y simón carvajal era el tigrero.
Si un tigre depredaba las majadas
o lo oían bramar en la tiniebla,
carvajal lo rastreaba por el monte.
Iba con el cuchillo y con los perros.
Al fin daba con él en la espesura.
Azuzaba a los perros. La amarilla
fiera se abalanzaba sobre el hombre
que agitaba en el brazo izquierdo el poncho,
que era escudo y señuelo. El blanco vientre
quedaba expuesto. El animal sentía
que el acero le entraba hasta la muerte.
El duelo era fatal y era infinito.
Siempre estaba matando al mismo tigre
inmortal. No te asombre demasiado
su destino. Es el tuyo y es el mío,
salvo que nuestro tigre tiene formas
que cambian sin parar. Se llama el odio,
el amor, el azar, cada momento.
del Tigre, por ventura?
Su carne firme tiene
la moldura
de los varones idos, y en su boca
como en prieto canal,
se le sofoca
el bermejo caudal...
Su piel,
color de miel
delata el agua que bañó la piel.
(¿Hace un momento, acaso, las gavillas
de agua azul, no abrían sus mejillas,
los anchos hombros, su brazada heroica
de nadador?
Huyendo del domador
un tigre se escapó del circo,
pensó que viviría mejor
sin carpa, látigos, ni gritos.
Prefirió vivir a su manera
mostrando sus hábiles destrezas;
seguir siendo verdadera fiera
y cazar sus propias presas.
Este mundo el que triste vivo,
decía el tigre en sus adentros,
viviendo en un circo cautivo
no me siento vivo, sino muerto.
Estoy cansado de tanta gente
que aplaude y grita en las gradas
quiero vivir en mi propio ambiente,
donde viven los Tigres de Bengala.
Yo hice una simple reflexión
y al tigre de inmediato comenté
piensa bien amigo, esta cuestión
no vaya el asunto salirte al revés.
El dueño del circo en su ambición
y su grosero afán de lucro
te ha salvado de la extinción
y creo que ni lo supo.
Pues al mantenerte cautivo
te ha salvado del desastre
de que el hombre sin sentido
vaya a la selva y te mate.
Y el tigre de inmediato se regresó
y volvió a internarse entre rejas
y mientras esta fábula termino yo,
allá el circo, su dueño festeja.