Respuestas
Respuesta:
Mateo 11, 2-11
2 Juan se enteró en la cárcel de las obras que hacía el Mesías y mandó dos discípulos a preguntarle:
3 - ¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro?
4 Jesús les respondió:
- Id a contarle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: 5 Ciegos ven y cojos andan, leprosos quedan limpios y sordos oyen, muertos resucitan y pobres reciben la buena noticia (Is 26,19). 6 Y ¡dichoso el que no sé escandalice de mi!
7 Mientras se alejaban, Jesús se puso a hablar de Juan a las multitudes:
- ¿Qué salisteis a contemplar en el desierto?, ¿una caña sacudida por el viento? 8 ¿Qué salisteis a ver si no?, ¿un hombre vestido con elegancia? Los que visten con elegancia, ahí los tenéis, en la corte de los reyes. 9 Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver un profeta? Sí, desde luego, y más que profeta; 10 es él de quien está escrito: Mira, yo envío mi mensajero delante de ti; él preparará tu camino ante ti (Ex 23,20; Mal 31). 11 Os aseguro que no ha nacido de mujer nadie más grande que Juan Bautista, aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.
Comentarios de Pedro Olalde
Cuenta el historiador judío Flavio Josefo que el profeta Juan Bautista atraía grandes masas de judíos, que le escuchaban enardecidos a las orillas del Jordán. Y que el rey Herodes Antipas, temiendo una revuelta popular contra los romanos, lo que podía hacer peligrar su continuidad como rey, decidió apresarlo para luego darle muerte.
Este relato es mucho más verosímil que el del evangelio que, por razones teológicas, nos narra su muerte, con ocasión de un festín, en el que la hija de Herodías pide la cabeza de Juan Bautista.
El evangelio de hoy contempla a Juan en la cárcel. Ha oído hablar de ciertos signos de Jesús, pero tal vez, espera señales más claras. Quizás, Jesús no se parezca demasiado al Mesías que él esperaba. Por eso, envía a sus discípulos a preguntarle: “¿Eres tú el que tenía que venir o hemos de esperar a otro?”
Juan le pide que se identifique, y éste muestra como su carnet de identidad los signos de misericordia. Jesús se define como el que ve y el que oye, el que hace ver y hace oír, el que devuelve la libertad y la vida, y tiene buenas noticias para los pobres.
No debió de entender gran cosa Juan. Él tenía una idea muy distinta del Mesías. Los jefes judíos, el pueblo y hasta los mismos discípulos de Jesús coincidían con él. El Mesías debía ser un líder victorioso, fuerte, capaz de presentar cara y vencer, con la ayuda de Dios, a los romanos.
Seguro que les hubiera convencido si Jesús le hubiera dicho: Decidle a Juan que las cosas cambiarán pronto. Decidle que los romanos serán derrotados en breve. Decidle que se acerca el reino del Mesías triunfante y él y mis discípulos reinarán sobre los enemigos… Es lo que todos esperaban.
Pero el camino de Jesús era muy diferente. Mi reino no es de este mundo. Dios actuará, pero desde dentro, desde el corazón. El Mesías de Dios viene desarmado, dispuesto a servir y a perdonar. Opta por el diálogo, el amor y la no-violencia. Que nadie perezca, sino que todos vivan. Los pecadores no serán castigados, sino sentados a la mesa.
¡Pobre Juan! En la cárcel tendría que volver a nacer. Ahora aprendía de Jesús lo que no había aprendido en el desierto, en las Escrituras y con los esenios.
Comentarios de Patxi Loidi
Seguimos con Juan Bautista como figura central del Adviento cristiano y modelo que se nos propone. Este pasaje completa los rasgos de Juan Bautista como precursor de Jesús, profeta, coherente hasta el martirio.
Jesús es heredero del Antiguo Testamento, pero los evangelios destacan que Jesús hereda sobre todo su línea profética. Jesús es el profeta continuador y superador del Antiguo Testamento, y Juan Bautista es el último de tales profetas por ser precursor y heraldo de Jesús.
Este texto, como todos los referentes a Juan Bautista, expresa las ideas de los primeros cristianos, que tuvieron problemas con los discípulos del Bautista y lo colocaron como precursor de Jesús y el mayor de los profetas.
Guía para la oración personal con este pasaje
V.2.
Juan Bautista en la cárcel por su rectitud. Es firme, entero, insobornable. Hablar con Jesús sobre él. ¿Podremos hoy luchar contra las estructuras injustas como Juan Bautista?
V.3-6.
Me fijo sobre todo en los signos mesiánicos de Jesús, el principal de ellos, el último. Yo quisiera hacer esos signos, Señor, con mi vida y con mis palabras. Envíame.
V. 7-10.
La alabanza a Juan Bautista. Son cuatro grandes rasgos: firmeza, pobreza (que implica entrega total a la causa de Dios), profeta y precursor de Jesús. En mi propia vocación, yo puedo ser todo eso con tu gracia, Señor. Hoy hace falta gente así.
V. 11.
Nadie tan grande como Juan Bautista en la Antigua Alianza. Pero nosotros somos más afortunados que él por conocer a Jesús y pertenecer a su Reino. Quisiera darte gracias con todo mi amor Señor, por este gran don, por esta gran dicha.
Explicación: q Dios bendiga al q lea esta respuesta
Respuesta:
:3
Explicación: