• Asignatura: Historia
  • Autor: B2t3s6
  • hace 5 años

Un tríptico sobre el monte alban

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Respuesta dada por: porteropaula
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DonajiÌ (“Alma grande”), bella princesa hija del último caudillo zapoteca, Cocijoeza, y de su esposa, la gentil Coyolicatzin (“Copo de algodón”), hija a su vez del poderoso emperador azteca, Ahuizotl, hallábase presa, en calidad de rehén, en poder de las fuerzas mixtecas acaudilladas por Dzahuindanda en la fortaleza de Monte Albán. La cautiva DonajiÌ era, en poder de los enemigos de su padre, una prenda de paz entre mixtecas y zapotecas, precisamente en la época en que ya los conquistadores habían llegado al Valle de Oaxaca encontrando a ambas razas trabadas en encarnizadas guerras. La precaria paz fue turbada cuando DonajiÌ, rebelde contra su cautiverio por saber que su casa y su raza se hallaban humilladas con ello, decidióÌ que debería intentarse algo, y considerando que su padre, el caudillo Cosijoeza, había derrotado años atrás al propio Ahuizotl en Guiengola, podía derrotar esta vez a Dzahuindanda en Monte Albán.

Doncella valerosa y de acción, esa noche mandoÌ furtivamente con un aliado, un mensaje a su padre que se hallaba en Zaachila, capital zapoteca, pidiéndole que sin pérdida de tiempo cayeran sobre la fortaleza mixteca. AsíÌ ocurrióÌ y, derrotados por lo sorpresivo del asalto y por el valor de los combatientes zapotecas, los ocupantes mixtecas abandonaron la dominante ciudadela y se retiraron por las faldas de Monte Albán que miran hacia el norte, bajando hasta la ribera derecha del Rio Atoyac y allíÌ concentrados, sus capitanes decretaron la muerte de DonajiÌ, a quien llevaban consigo en su retirada. La valiente y hermosa princesa zapoteca fue decapitada allíÌ mismo y le dieron pronta sepultura a fin de que los zapotecas nunca supieran su paradero. Con la pérdida de Monte Albán por los mixtecas se reanudoÌ la guerra con los zapotecas.

Pero siguiendo con la leyenda: cuentan que tiempo después, los zapotecas que desesperaban por el destino de su bella princesa un día descubrieron precisamente en la margen derecha del Rio Atoyac, el florido brote de un extraño lirio rojo y al tratar de llevárselo y trasplantarlo en la casa de su caudillo Cocijoeza, se hallaron con que el hermoso lirio se prendía con sus raíces de la frente de DonajiÌ cuya cabeza en ese lugar se hallaba enterrada. Finaliza la leyenda contándonos que, pese al tiempo, el rostro de la bella princesa DonajiÌ se conserva intacto, como si sólo durmiese. Este símbolo que denota la entereza de un carácter y la grandeza de un sacrificio, DonajiÌ, “Alma Grande”, es la heráldica del escudo de la Ciudad de Oaxaca hoy día.

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