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Describir es presentar los rasgos característicos de un lugar, una época, una persona, un objeto o una situación. Aquello que se describe es el objeto de la descripción.
Una de las funciones de la descripción en una narración es crear un clima o ambiente propicio para la acción que va a desarrollarse. Esto genera en el lector una determinada sensación asociada a los sentidos del texto. Los lectores de literatura de terror conocemos los efectos que una buena descripción de un paisaje, un objeto o un personaje terrorífico produce en nosotros: la inquietud inicial que aumenta hasta transformarse en el miedo o terror que este tipo de relatos busca generar.
En la descripción se utilizan dos recursos básicos: los adjetivos calificativos (el trimestre pasado, estudiamos esta clase de palabra) y las imágenes sensoriales. Los adjetivos calificativos pueden ser objetivos o subjetivos. Estos últimos son los predominantes y puden tener connotación positiva o connotación negativa. Cuando, dentro de los relatos de terror, valoramos negativamente algo o a alguien construimos un clima que tendra un efecto directo en el lector.
Por otra parte, las imágenes sensoriales son las que se perciben a través de los sentidos y es mediante ellas que se puede conocer la apariencia de las cosas: su forma y color (imagen visual); su textura y temperatura (táctil), su aroma (olfativa), su sabor (gustativa) y su sonido (auditiva). Una buena descripción es multisensorial, es decir, quien describe construye una percepción del objeto, el ambiente o el personaje que se percibe a través de todos los sentidos.
Tenemos que tener en cuenta el uso adecuado de los verbos al describir. Cuando describimos en pasado, conjugamos los verbos en pretérito imperfecto. Se utilizan verbos que sirven para denotar la presencia o la ubicación de algo o alguien: había, estaba, se encontraba, y verbos que presentan las características del objeto: era, parecía, tenía, se veía.
También, al describir, utilizamos los conectores. Los conectores son palabras o construcciones que relacionan de forma directa distintos segmentos textuales y establecen entre ellos relaciones de significado. Colaboran en la organización global del texto. Como sabés existen distintos tipos de conectores, en los textos descriptivos se utilizan con frecuencia los conectores espaciales (ubican los elementos de una descripción) enfrente, delante, detrás, arriba, abajo, al fondo, a la derecha, a la izquierda, a lo largo, a lo ancho, por encima, etc
Narración con secuencias descriptivas.
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