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Uno de los componentes fundacionales y, por lo tanto, imprescindibles a la hora de definir en qué consiste la cosmovisión occidental, junto al sistema axiológico que lleva consigo, es, sin ninguna duda, el hecho diferencial judío. Un modo de ser y de pensar que, a partir de la venida de Jesús de Nazaret al mundo, amplió sus fronteras y pasó a llamarse hecho diferencial judeocristiano. No basta con la filosofía griega y con el derecho romano para ubicar nuestra cultura en un determinado territorio conceptual, marcado tan solo por el pensamiento de la Hélade y la ordenación jurídica compilada por mandato de Justiniano.Hace falta introducir entre los elementos esenciales de Occidente la fundamental aportación de los judíos (y de sus hijos pródigos, los cristianos) a la definición de una manera occidental de entender y analizar la realidad, y ello desde todas las perspectivas, sea en el terreno de las ciencias empíricas o en el de las humanidades, ya en las letras ya en las artes. ¡Cómo se equivocó Hitler al perpetrar su diabólico pogromo contra los judíos , cuando el aporte hebreo a la cultura occidental había sido en el pasado y continuaba siendo en el siglo XX uno de los pilares de esa cultura, que fundía en el mismo crisol lo mejor de lo indogermánico con lo más inteligente y evolucionado de lo semítico en la síntesis más brillante que hayan conocido los siglos! ¡Cómo se equivoca la izquierda hoy, en el siglo XXI, al situarse en la trinchera antijudía y denostar con aspereza al estado de Israel, avanzadilla indubitable de Occidente y de sus valores democráticos en un espacio geográfico poco proclive a aceptar esos valores!
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espero te sirva:)