Respuestas
Fragmento final de "Yo voy soñando caminos" de Antonio Machado
En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”
Respuesta:
Me tropecé contigo en primavera,
una tarde de sol delgada y fina,
y fuiste en mi espalda enredadera
y en mi cintura, lazo y serpentina.
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Me diste la blandura de tu cera
y yo te di la sal de mi salina.
Y navegamos juntos, sin bandera,
por el mar de la rosa y de la espina.
Y después, a morir, a ser dos ríos
sin adelfas, oscuros y vacíos,
para la boca torpe de la gente…
Y por detrás, dos lunas, dos espadas,
dos cinturas, dos bocas enlazadas
y dos arcos de amor de un mismo puente.
Explicación:
espero y te sirva