¿La responsabilidad política con un proyecto histórico, nos exime por completo de
cualquier responsabilidad ética?

Respuestas

Respuesta dada por: valentinaabril82
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Respuesta:espero que te sirva de ayuda.

Explicación:

1. ¿Qué significa “responsabilidad”?

El término responsabilidad, que “aparece tardíamente en la ética” (Bilbeny, 2012: 194), viene del latín responsum, “responder”. Y ese significado se ha conservado en la mayoría de los idiomas modernos, como por ejemplo en alemán, responsabilidad se dice Verantwortung, que viene de Antwort, respuesta. Y muchas son las razones y maneras en las que podemos responder. Podemos clasificarlas en tres formas de responsabilidad:

a) La responsabilidad ética: como seres humanos percibimos y somos conscientes, en distinto grado, de la existencia y sus condiciones. Y ante tal hecho, damos respuesta, sea con acciones u omisiones. Así, si nos damos cuenta del deterioro del planeta, eso mismo nos exige una respuesta personal y colectiva, por ejemplo, disminuyendo nuestra huella ecológica dejando de comprar productos que sabemos dañan al medio ambiente o quizá dejar de conducir el automóvil determinados días de la semana. Esta responsabilidad ética surge de nuestro mero hecho de existir y ser conscientes del mundo en el que vivimos.

b) La responsabilidad moral: es la respuesta que debemos dar por las normas morales que permiten la convivencia humana. En este caso es el deber el criterio de la responsabilidad. Por ejemplo, cuando un joven cristiano se niega a ir a la guerra, porque ha interiorizado la norma de su comunidad religiosa, el “no matarás” o “el amor al prójimo”. Se puede decir que es responsable ante su conciencia o ante su comunidad o ante Dios. El cumplimiento de los Derechos Humanos, como declaración, estaría en este nivel.

c) La responsabilidad legal: es la respuesta que damos ante las leyes de un país o leyes internacionales. Somos responsables como ciudadanos o por la actividad o por la función, estamos dentro de un marco legal ante el cual debemos responder. Por eso podemos decir que los choferes son irresponsables si se pasan la luz roja o si el funcionario público acepta coimas de empresarios para ganar una licitación o si no cedemos el asiento a las personas que les corresponde los asientos preferenciales. Y cuando los Derechos Humanos son asumidos por los estados en Tratados Internacionales y plasmados en sus constituciones y legislaciones, también en este caso los ciudadanos y gobernantes tienen responsabilidad legal.

Ser responsable manifiesta nuestra pertinencia al mundo, a una comunidad y a la humanidad. La responsabilidad me revela que estoy en el mundo con otros, comparto el mundo con ellos y desde esa relación se generan lazos, compromisos, obligaciones. La clave de la responsabilidad, entonces, es la respuesta. Responder, ¿de qué?, ¿por qué?, ¿ante quién o quiénes? Cuestiones que procuraremos responder1.

El término “responsabilidad” tiene una fuerte carga deontológica (sentidos b y c), es decir, que cuando usamos esta palabra la asociamos con deberes, obligaciones que tenemos. “Tienes que ser responsable” le decimos a nuestros hijos, con lo cual queremos decir que deben cumplir con sus obligaciones. Y desde este sentido restringido, quien obra responsablemente no se siente necesariamente libre2. Sin embargo, ¿tiene un sentido más amplio que el deontológico? Pensamos que sí, pero desde el punto de vista ético.

2. ¿En virtud de qué somos responsables?

¿Qué hace que seamos responsables? Es por nuestra conciencia de la existencia de los otros. El otro se me hace presente lo cual va constituyendo nuestra conciencia que nos convoca a responder. Como pensaba Levinas, la responsabilidad no empieza en mi subjetividad, sino en la presencia del otro que me cuestiona y exige (su sola presencia me dice que no se puede valer solo, que nos necesita, pero a su vez me devuelve la conciencia de mi ser como ser dependiente), podemos añadir que no es posible responder a esa presencia vulnerable sino es por medio del cuidado. La responsabilidad hace de la cura de sí un cuidado por los otros. El otro se presenta en su indigencia, como persona vulnerable, pobre y excluida, pero ante su presencia puedo cerrar la vista, dirigirla a otro lugar para que no me llegue su cuestionamiento. Atreverse a mirar es romper las barreras de la subjetividad, de lo que protege al yo y sus defensas, es decir, es también ser indefenso. Y desde esa mirada atenta permitir que surja el cuidado. La actitud de cuidado misma empieza en esa mirada atenta, para escuchar y aprender a escuchar superando bloqueos subjetivos (experiencias, recuerdos, creencias, etc.). El cuidado se manifiesta ahora como inquietud, el sujeto se siente preocupado por la respuesta. Así abre la puerta a la compasión y a la prudencia. A veces tendrá que pensar sobre lo que debe hacer, otras veces tendrá la prioridad la compasión como respuesta sensible. En síntesis, la responsabilidad no puede ser solo formal, sino que debe manifestarse como sentimiento de responsabilidad.

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