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En un pueblo cercano existía un conejo llamado Caficho.
El conejo Caficho tenía una gran plantación de zanahorias y necesitaba ayuda para cosecharlas, por lo tanto fue a pedirle ayuda a su amigo Ferdinto.
Mientras Caficho caminaba hacia a casa de Ferdinto se encontró a un pequeño caracol que estaba perdido.
Entonces, Caficho con su enorme corazón quiso ayudarlo y le preguntó hacia dónde se dirigía.
El caracol le dijo que no podía hablar, que no lo moleste porque estaba ocupado tratando de encontrar su brújula.
Después de este acontecimiento, Caficho continuó su camino hacia la casa de Ferdinto. Ahora había decidido no desviarse de su destino.
Cuando llegó a la puerta de Ferdinto, éste no estaba. Caficho, entristecido, lo esperaría hasta a que volviera.
Más tarde, cuando Ferdinto había regresado, Caficho le preguntó si podía ayudarlo a cosechar las zanahorias. Ferdinto estaba muy cansado, pero dijo que de todas maneras lo ayudaría.
Caficho y Ferdinto caminaron hasta la casa de Caficho y comenzaron con la cosecha.
Al mismo tiempo que Caficho arrancaba una zanahoria, Ferdinto ponía otra semilla en el suelo.
Al final del día todo estaba cosechado y listo para comer.
Caficho y Ferdinto estaban exhaustos. Sin darse cuenta, se durmieron antes de entrar a la casa.
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jaja es bacanooon el papap de canfincho
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