menciona y explica 10 situaciones por las que consideras que se ha dado mal uso al progreso tecnologico
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1. El dedo de Blackberry
Mensajes, redes sociales, correo electrónico… Sin darnos cuenta, pasamos horas tecleando en el móvil. Este hábito puede desarrollar sobrecargas en la base del dedo pulgar, lo que a su vez puede derivar en el denominado “dedo de BlackBerry”, anteriormente conocido como la artrosis de las costureras.
2. Síndrome del túnel carpiano
El ratón con el que trabajamos o jugamos en el ordenador puede producir el síndrome del túnel carpiano, una lesión que hasta la llegada de las nuevas tecnologías sólo se veía en personas mayores. La adopción sostenida de una mala postura con la muñeca puede provocar este síndrome del túnel carpiano, que se manifiesta a través de fuertes dolores en la muñeca y/o en la palma de la mano cuando se lleva mucho tiempo en el ordenador.
3. Codo de tenista
La mala postura en nuestro tiempo de uso de ordenadores puede derivar en el codo de tenista, especialmente causada por un mal uso del ratón. Mantener la posición sostenida de la muñeca levantada hacia arriba puede producir rasgamientos en los extensores de la muñeca.
4. Daños cervicales
La generalización de los ordenadores portátiles ha hecho aumentar las patologías cervicales. Al poder trabajar en cualquier sitio, falla la ergonomía, y hay más problemas en las cervicales porque la pantalla de los portátiles no está a la altura de los ojos, pero también tendinitis en dedos, muñecas y hombros por adoptar posiciones incorrectas.
5. Estrés visual
El tiempo que pasamos delante de dispositivos electrónicos, como tabletas, teléfonos móviles y libros electrónicos trae como consecuencia el estrés visual, haciendo que los ojos se resequen mucho. Si se está habitualmente muy cerca de la pantalla (tanto del ordenador como de la televisión), se puede desarrollar vista cansada y/o miopía, especialmente en el caso de los más pequeños.
6. Obesidad infantil y juvenil
Aunque los niños pueden desarrollar algunas facultades importantes gracias a las nuevas tecnologías (los videojuegos, por ejemplo, proporcionan mayor habilidad psicomotriz, aumentan los reflejos, estimulan el razonamiento lógico y la capacidad de decisión, etc.) su principal efecto es que evitan al máximo cualquier tipo de actividad física por su constante interés en el juego: todas esas horas frente a la pantalla (unido a la comida rápida e industrial) aumentan la obesidad infantil y, por tanto, el riesgo cardiovascular.
7. Insomnio
El uso de dispositivos electrónicos como tablets, móviles y aplicaciones de mensajería, o televisión justo antes de dormir dificulta la conciliación del sueño, no sólo por el consumo de tiempo que su uso implica sino por la luz que emiten, que reduce la cantidad de melatonina que segrega el cerebro – la hormona que favorece la relajación y la somnolencia y regula el sueño y la vigilia –, dificultando así el sueño y su calidad.
8. Problemas de audición
La televisión, la radio, los reproductores de música… Hoy en día estamos muy acostumbrados a la exposición del sonido. Sin embargo, percibir este ruido en exceso puede ser muy dañino para nuestros oídos.
El mal uso de los aparatos electrónicos de reproducción de música con auriculares (Mp3, smartphones) que llegan a alcanzar elevados niveles de sonido nos expone a un peligro para nuestra audición. Los decibelios excesivamente altos (<70) pueden ser perjudiciales para nuestra salud si nos exponemos a ellos durante un tiempo prolongado.
9. Infertilidad
Llevar el móvil siempre en los bolsillos del pantalón o utilizarlo demasiado, así como trabajar asiduamente con el ordenador portátil en las piernas (aumentando la temperatura de los testículos, lo que podría reducir la producción de esperma y alterar su movilidad), puede afectar negativamente a la calidad del semen y, por lo tanto, a la fertilidad de los hombres.
10. Adicción
A los videojuegos: El uso desmedido de videojuegos puede intensificar el riesgo de que niños y adolescentes se enfrenten al aislamiento social, adquiriendo una adicción a las pantallas. Algunos de los síntomas de alerta son: dificultad para conciliar el sueño por la sobreactivación del cerebro, y el síndrome de abstinencia, que está ligado a la ansiedad, la irritabilidad y la ira. Los más pequeños llegan incluso a confundir el mundo virtual con el real, su vida social disminuye porque ya no quieren ir al parque o, en los más grandes, salir con amigos puede resultar aburrido e intensificar la ansiedad.
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