Respuestas
Características fundamentales del p. son: 1) Primacía de la persona en el orden óntico; todo el dinamismo del ser (v.) culmina en la personalización, de tal modo que, como señala E. Mounier, para el p. es la persona la realidad central del universo; los demás seres impersonales se presentan como un retroceso de la naturaleza en este proceso de personalización; lo impersonal, la cosa (v.), pierde su autonomía óntica, adquiriendo únicamente sentido en cuanto está' al servicio de la persona.
2) Como consecuencia, el p. se pone a toda doctrina que disminuye el valor óntico de la persona, ya por reducirla a «uno más» entre los seres de la naturaleza -caso de las diversas formas de materialismo (v.)- ya por considerarla como una mera epifanía de un principio superior -caso del idealismo (v.) absoluto-. En este sentido ha dicho B. P. Bowne que el p. niega cualquier tipo de impersonal ización de la persona, «sea en la forma inferior del mecanicismo materialista, sea en la forma abstracta de las concepciones idealistas» (Personalism, Boston 1908, 263); no hay que olvidar que, al menos en Estados Unidos, el p. nació como reacción frente al idealismo de J. Royce, de orientación hegeliana. Por su parte Renouvier insiste en que el p. tiene como impronta determinante el ser una concepción en la que la persona es una entidad consciente, libre y autónoma, que no puede deducirse en modo alguno de ningún otro principio o sustancia última y fundamental. No obstante, y es dato que confirma la imprecisión de la noción de p., uno de los más destacados personalistas, A. C. Knudson sostiene que esta doctrina está más allá del monismo (v.) y del pluralismo (v.), siendo lo esencial en ella el que «considera la unidad consciente, la identidad y la libre actividad de la persona como la llave maestra que resuelve la naturaleza de la realidad y los problemas capitales de la filosofía» (The Philosophy of Personalism, Nueva York 1927, 87).
3) Esta primacía óntica de la persona se despliega en un abanico de posibilidades éticas, socio-políticas y pedagógicas. Éticamente, la dignidad de la persona se cifra en que es la única que tiene capacidad para realizar los valores; el valor sólo es tal por y en relación con la persona, que puede, en su dinamismo, dar concreción al reino a priori de los valores (v. MORAL; ÉTICA). En este exclusivismo axiológico de la persona frente a la cosa radica, según L. W. Stern, la excelencia de la primera, constituida por la dignidad, frente a la segunda, que se expresa en el precio.
4) En la esfera socio-política el p. se opone tanto al colectivismo o comunismo (v.) como al individualismo (v.). La persona no es un medio para la sociedad (v.), sino que ésta tiene su finalidad en la persona; de ahí su oposición a toda sustancialización de la colectividad, propia de los sistemas colectivistas y totalitaristas. Pero también se opone el p. al individualismo, en cuanto éste lleva consigo una atomización de la sociedad y en el que las relaciones interpersonales quedan reducidas a relaciones de apartamiento y de defensa; la persona es esencialmente solidaridad y autorrelación; el individuo (v.) es una entidad cerrada, la persona es una unidad abierta a los demás; la personalización implica la interpersonalización, pues, como dice M. Nédoncelle, «el amor personal tiene originariamente un núcleo interpersonal» (La réciprocité des conscientes. Essai sur la nature de la personne, París 1942, 16). El p. insistirá en la comunicabilidad de la persona, comunicabilidad que, para ser tal, tiene que estar basada en el amor (v.), gracias al cual el otro deja de ser, en expresión de G. Marcel, un él, para hacerse un tú, es decir, pasa de ser considerado como cosa u objeto a ser considerado como otra persona con la que se establece una verdadera e íntima relación, una simpatía -en el sentido que Scheler ha dado a la palabra- que permite, manteniendo la autonomía de las diferentes personas, su mutua compenetración y comprensión.
Charles Bernard Renouvier, filósofo y escritor francés, considerado un neokantiano, siendo éste un movimiento filosófico europeo que divulgó el retorno a los principios filosóficos de la doctrina de Immanuel Kant ante la dominante doctrina del idealismo absoluto de Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
Con su obra Le Personnalisme (el personalismo) publicada en 1903, desarrolla la concepción personalista, utilizando la palabra “personalismo” para calificar la filosofía de Emmanuel Mounier.
El escritor parte de un supuesto orden creado perfecto, orden establecido en la mutua solidaridad entre la armonía de la naturaleza y la armonía social, el pecado original es el preámbulo de la injusticia por obra del hombre.
En una sociedad primitiva y justa, el libre albedrío excusa la existencia del mal y el hecho de la “caída” del hombre, en el restablecimiento del orden primigenio perfecto, el autor especifica el sentido de la existencia y el fin moral del hombre, para él, no hay una absoluta e incomprensible ley divina, sino una organización racional, introduciendo como nueva categoría la conciencia o personalidad.