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Los judíos y los samaritanos no se mezclaban y se evitaban unos a otros. Esos diez leprosos pedían por sanación desde la lejanía. Jesús les respondió a todos ellos, sin hacer distinción y todos fueron sanados. Sin embargo, solo uno se acercó y dio gracias a Jesús, y era un samaritano. El mensaje de Dios para nosotros puede provenir desde personas impensadas.
A menudo puedo pedir a Dios para que atienda mis necesidades, pero se me olvida dar las gracias. Agradecer completa el círculo, y me enriquezco al hacerlo. Le pido al Señor que me enseñe a practicar la gratitud. Reviso mi día durante esta oración con un corazón agradecido.
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espero este bien y te sirva
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