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Respuesta:
Muchas definiciones se han dado del ser humano. Ofrezco otra muy
breve: humano es un ser interpelado por Dios. Esta definición me la han
inspirado dos textos del Vaticano II. Uno de la Dei Verbum (nº 3): Dios
«se reveló desde el principio a nuestros primeros padres». El otro de la
Gaudium et Spes (nº 19): «desde su mismo nacimiento, el hombre es invita-
do al diálogo con Dios». Lo primero (la revelación) hace posible lo segundo
(el diálogo). La invitación al diálogo es posible porque Dios se da a cono-
cer. Pero este darse a conocer, por parte de Dios, no es un movimiento pri-
mero al que seguiría luego una invitación a dialogar. Dios se da a conocer
en el movimiento mismo del diálogo; la revelación misma es un diálogo,
como ya hizo notar Pablo VI en la Ecclesiam Suam (nº 64); por tanto no es
posible que el hombre conozca a Dios si no se implica personalmente en el
movimiento por el que Dios se le manifiesta.
En esta línea, la reciente exhortación apostólica de Benedicto XVI,
Verbum Domini, afirma: «La novedad de la revelación bíblica consiste en
que Dios se da a conocer en el diálogo que desea tener con nosotros»1
. Un
diálogo solo es posible en un clima de amistad, tal como dice el Vaticano
II: «Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como amigos»2
.
En todo diálogo los dos interlocutores son activos y, bajo algún aspecto,
iguales. En la orden del superior al súbdito no hay diálogo, pues aunque
Respuesta:A través del BAUTISMO
Explicación:Espero que te sirva de algo