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Los conflictos de poderes suelen estar asociados a la concentración del mismo en pocas manos, nuestro país a lo largo de todas las administraciones de distintos colores políticos ha centrado las disputas en el manejo de los fondos tributarios y su recaudación. Un problema de tan vieja data que en 1820 el primer gobernador constitucional de Córdoba, Juan Bautista Bustos, a más de haber proclamado una división cierta de poderes, levantó un Federalismo institucional. Buscaba el equilibrio planteándole al centralismo porteño unitario la distribución de los fondos de la aduana entre todas las provincias, el manejo del puerto y la libre navegación de los ríos interiores.
Pero como romper con esta histórica lógica que “gobernar es imponer “ , y como seguir permitiendo que se renuncie a la búsqueda del consenso en la construcción social como país. Los héroes de nuestra independencia y fundadores de nuestra Argentina lo plantearon… Autonomía Provincial y manejo Federal de los recursos.
La ley de coparticipación federal de impuestos, de rango constitucional, tiene por objeto coordinar por parte del gobierno central la distribución de los tributos, en virtud de una delegación efectuada por las Provincias a la Nación, quien debe recaudar las contribuciones, retener su porción y redistribuir el resto.
En esta facultad delegada por el Interior esta gran parte de la concentración disciplinadora del poder, volver a las fuentes cuando algo se torna confuso es el principio de solución… revertir el sistema de recaudación devolvería la autonomía a las provincias; no planteándonos un secesionismo fuera de todo contexto, José Gervasio Artigas fue el último caudillo de la independencia que salió fuera del esquema nacional, pero si desde el imperio de la ley devolverle a los gobernadores del interior y a los intendentes del interior más profundo aun, el poder de decidir.