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Los estudios arqueológicos en Colombia
Como se vio anteriormente, la arqueología es la ciencia que nos permite construir acontecimientos del pasado prehistórico, utilizando para ello los objetos dejados por los primitivos pobladores de la tierra. En Colombia, esta ciencia se ha desarrollado considerablemente y gracias a ella conocemos muchas de las características de las culturas que habitaban nuestro territorio antes de la llegada de los españoles.
Podemos decir que la investigación arqueológica se inicio en el momento en que los europeos descubrieron y colonizaron el Nuevo Continente. Los cronistas de los siglos XVI y XVII consignaron en sus obras datos muy importantes sobre los grupos indígenas que se encontraron en el territorio. Más tarde en el siglo XIX, científicos como Francisco José de Caldas y los que conformaron la comisión Corográfica, hicieron interesantes estudios sobre los primitivos pobladores de Colombia.
Sin embargo el verdadero desarrollo de la arqueología en Colombia comenzó en el siglo XX (20). El iniciador de los estudios arqueológicos en nuestro país fue el alemán Teodoro Preuss quien, en 1913, realizo estudios sobre la cultura de San Agustín. En 1918 se dictaron leyes para la protección de monumentos precolombinos y en 1920 una ley prohibió del país sacar piezas arqueológicas.
Entre 1931 y 1941 el gobierno reglamentó la conservación de los sitios arqueológicos en todo el territorio nacional. Durante este periodo se establecieron algunas normas para controlar la entrada de investigadores extranjeros al país y se abrieron las salas arqueológicas y etnológicas del Museo Nacional. Igualmente se creó, en 1940, el Ateneo Nacional, o centro de investigaciones Arqueológicas y, en 1941, el etnólogo Paul Rivet fundó el Instituto Etnológico Nacional que más tarde se convirtió en el Instituto Colombiano de Antropología.
Uno de los problemas más graves que afronta la arqueología es la existencia de la guaquería, es decir, el saqueo e tumbas indígenas por parte de personas que no poseen ninguna preparación como arqueólogo y que buscan obtener objetos de oro y cerámica cuyo precio en el mercado es bastante alto. Los guaqueros destruyen objetos que, en su opinión no tienen valor y eliminan la posibilidad de conocer la antigüedad de dichos objetos, con base en el análisis de las capas terrestres donde fueron encontrados. Las zonas arqueológicas que más se han perjudicado por la práctica de la guaquería son aquellas que se caracterizan por su riqueza en or