Elabora un fanzine promoviendolas virtudes teologales en tiempos de crisis. (Fe, esperanza y Caridad)
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FE, ESPERANZA Y CARIDAD EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS
De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, la virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. En la teología católica, se llaman virtudes teologales a los hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus acciones a Dios mismo, y son fe, esperanza y caridad. De acuerdo con el Catecismo, la fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado. La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad. La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
En la vida diaria empleamos los conceptos con otras acepciones más materiales. Decimos que tenemos fe en algo, una idea, o alguien, la fe en nuestra vida diaria indica confianza en algo. Hablamos de esperanza con, a veces, connotaciones de deseos a los que aspiramos o incluso utopías, cuestiones en definitiva que deseamos. La palabra caridad implica amor, el amor imprescindible de todos con todos y entre todos. Una virtud esencial que Jesús nos dejó como un tesoro para nuestra vida diaria.
¿Qué ocurre en España en los tiempos del coronavirus? Las virtudes teologales nos dan fuerza en tiempos oscuros y para ello la oración es esencial. En nuestro anterior post recomendábamos rezar, a modo de tratamiento medicinal espiritual y material, un Padrenuestro y un Avemaría tres veces al día. Somos los católicos una población de 1.400.000.000 millones, si todos rezamos, desde la fe, la esperanza y la caridad, la fuerza que podemos generar es muy grande. Si llevamos nuestras virtudes a la calle, a la casa, a la vida diaria en este tiempo del coronavirus si las proyectamos en la oración y la acción el efecto será enorme. España tiene casi 47 millones de personas, según el Centro de Informaciones Sociológicas el 69% de la población se considera católica, es decir, un total de más de 32 millones de fieles, eso significa mucha oración. Pero independientemente de las convicciones de cada uno y de cómo consideramos que debemos ayudar, y de la importancia que demos a la oración, lo que hemos visto es grandioso. No olvidemos a las personas de vida consagrada en la comunidad católica, una oración continua para todos. España es un territorio de héroes en estos tiempos.
Con tanto amor, también tenemos fe. Fe en los que deciden, en los que nos cuidan, fe en nuestras familias, fe en nosotros mismos. Y esperanza, mucha esperanza. Fe, esperanza y amor unas grandes armas en los tiempos del coronavirus. La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien, España está demostrando al mundo ser una comunidad virtuosa, un colectivo unido ante la dificultad. Hemos de afrontar el futuro igual, una comunidad unida ante la adversidad. El futuro económico no puede ser oscuro lleno de incertidumbres para muchas personas, especialmente las desposeídas, hay que velar por ello. La Unión Europea debe poner de manifiesto que somos una comunidad, un colectivo donde unos velan por otros, donde los que más tienen velan por los que menos poseen. Nuestro Gobierno debe velar por ello de manera intensa, velar por los trabajadores, las pymes y los autónomos. No podemos quebrar más el estado de bienestar. El Papa Francisco ha dicho que los que no pagan los debidos impuestos no solo infractores sino criminales porque tienen la culpa de que no haya mascarillas o respiradores. Fe, esperanza y amor unas grandes armas en los tiempos del coronavirus en una España solidaria y unida.