Respuestas
La ciudadanía es, en principio, la relación política del individuo y el Estado. La ciudadanía supone un estatuto jurídico que concede un conjunto de derechos civiles (la protección de la vida, la libertad, la seguridad, la propiedad…) y políticos, gracias a los cuales el ciudadano puede intervenir en el gobierno y en los asuntos públicos de su comunidad (votar y ser elegido, participar en organizaciones políticas, sociales, sindicales y culturales…). En contrapartida, el ciudadano y la ciudadana han de cumplir ciertas obligaciones (pagar impuestos, obedecer las leyes y someterse al poder del Estado, entre otros).
2.Ciudadanía social.Pero el ciudadano y la ciudadana no son solamente las personas que disfrutan de derechos civiles y políticos, sino también de derechos sociales. Estos van desde un mínimo de seguridad económica y bienestar, al derecho al trabajo, a la educación o a la sanidad. A diferencia de los anteriores, estos derechos no son idénticos en todos los países democráticos, sino que dependen del nivel económico de cada Estado. Los derechos sociales van acompañados de obligaciones sociales, como la de trabajar, pagar impuestos o escolariza a los hijos e hijas.
3.Ciudadanía económica.Además de sujeto de derechos civiles, políticos y sociales, el ciudadano y la ciudadana de las sociedades democráticas pueden tener reconocidos ciertos derechos económicos, como trabajadores, consumidores y productores de bienes y servicios. Por esta razón han de poder participar en aquellas decisiones económicas que les afectan, a la vez que ejercer su capacidad crítica en relación con las actuaciones de empresas e instituciones.
4.Ciudadanía civil.La ciudadanía civil se refiere a las relaciones no políticas ni económicas de la persona con la sociedad, relaciones que se concretan en instituciones como la familia, la escuela, los grupos de amigos, los grupos étnicos o los deportivos. En estas agrupaciones los ciudadanos y las ciudadanas aprenden actitudes cívicas, participación social y solidaridad. A través de su actividad en la sociedad civil, los ciudadanos y las ciudadanas adquieren valores morales y llegan a ser miembros cívicos, activos y responsables de su sociedad.
La relación de la persona con los grupos que conforman la sociedad civil es, para autores contemporáneos, como Alasdair Macintyre(1929), Charles Taylor(1931) o Michael Walzer(1935), la dimensión más importante y radical de la ciudadanía. A diferencia de la ciudadanía política y social, que se limita a recibir pasivamente los derechos y beneficios que derivan de la condición legal de ciudadano y ciudadana, la ciudadanía civil es una ciudadanía activa, pendiente de los intereses colectivos y que invita a responsabilizarse y colaborar con los demás en la consecución de una sociedad mejor. Para los teóricos de la sociedad civil, participar en las comunidades y asociaciones es la mejor manera de llegar a ser un buen ciudadano.
5.Ciudadanía intercultural.La ciudadanía es un vínculo entre grupos sociales diversos. Por eso si una sociedad es multicultural, la ciudadanía también ha de ser multicultural, capaz de respetar las diferentes culturas que conviven en ella. Se puede ser ciudadano conservando la propia cultura, sin necesidad de ser asimilado por una cultura dominante, pero respetando y a prendiendo de otras culturas. Ello requiere un auténtico diálogo intercultural y un verdadero respeto por las diferencias, siempre que estas no sean discriminatorias o atenten contra los derechos de las personas.
6.Ciudadanía global o cosmopolita.La idea de ciudadanía global, en fin, expresa la necesidad de hacer extensivos al conjunto de la humanidad los derechos y deberes reconocidos por los Estados democráticos. A menudo, la asunción de objetivos y responsabilidades ciudadanas no va más allá de los que se plantean los grupos sociales a los que pertenecemos, los de nuestro país o nuestro Estado, olvidando que los humanos somos, en principio, miembros de la misma especie y que podemos identificarnos con los intereses de la humanidad. Una verdadera ciudadanía, una ciudadanía integral (“íntegra”, desde el punto de vista moral) no puede olvidar el vínculo que une a todas las personas.
Respuesta:
Ciudadanía política.
La ciudadanía es, en principio, la relación política del individuo y el Estado. La ciudadanía supone un estatuto jurídico que concede un conjunto de derechos civiles (la protección de la vida, la libertad, la seguridad, la propiedad…) y políticos, gracias a los cuales el ciudadano puede intervenir en el gobierno y en los asuntos públicos de su comunidad (votar y ser elegido, participar en organizaciones políticas, sociales, sindicales y culturales…). En contrapartida, el ciudadano y la ciudadana han de cumplir ciertas obligaciones (pagar impuestos, obedecer las leyes y someterse al poder del Estado, entre otros).
Explicación:
Espero les sirva