ACTIVIDAD 1: Lee la siguiente leyenda; posteriormente, adáptala a un texto dramático, es decir, un guion de teatro.
La Xtabay
El patrón le dijo a mi padre: “Toma tu paga. No compres agua ardiente. Llévale el dinero a tu familia que bien lo necesita". Pero él no le hizo caso, y de todas maneras compró, en cuanto pudo, una cuartita de caña. Se fue por el monte y se puso a tomar agua ardiente.
Allá por el monte andaba, caminando y tomando el agua ardiente. Allá se andaba emborrachando, pero no mucho. No tomó mucho, verdaderamente. Por ratos, se sentía como que le rozaban el sombrero. No podía saber qué era. Ya había oscurecido y no había nada. Sólo sentía que le rozaban el sombrero. Entonces, vio venir hacia él una mujer vestida con un bonito huipil bordado. El cabello lo tenía muy largo. Le pregunta la mujer:"¿Qué haces aquí?" Ya tiene buen rato que te estoy esperando en la casa. Los niños quieren verte. Ya está listo tu chocolate..." Y verdaderamente era la voz de su esposa la que le hablaba. No era otra sino la de su esposa.
Se convenció y se fue con ella. Caminando atrás de ella por el cabo de la población, junto a las albarradas. Pero su corazón comenzó a entrar en duda. Y sólo caminaba sin saber por qué. De pronto, oyó ladrar a su perro. Era como un aviso y ya no quiso seguir andando por el camino. Se inclinó y cogió dos piedras. Pero no las arrojó a la mujer enseguida. No estaba seguro. Tenía miedo de pegarle en la cabeza. Tenía miedo de sufrir algún castigo. La voz de la mujer se escuchaba todo el tiempo: “El agua para tu chocolate está hirviendo. Ya está lista tu cena".
Como no había tomado mucho aguardiente, se dio cuenta de que se estaba desviando de la calle de su casa, de que se iba alejando con rumbo desconocido. Entonces, le lanzó a la mujer una piedra y luego la otra, pegándole ambas en el cuerpo. Pudo darse cuenta de que, al hacer mella las piedras, habían dado contra algo hueco, muy diferente de cuando suena la piedra cuando le pega al cuerpo, a la carne y los huesos. El cuerpo de la mujer era como si no tuviera nada por dentro. El ruido de la piedra contra él fue como cuando pega contra un árbol viejo y seco.
"¿Por qué me tiras?”, gritó la mujer, “ya me lastimaste las costillas. Ya me lastimaste el pecho. Me has roto la garganta. ¿Cómo puedes hacerle esto a tu esposa?". Él agarró más piedras y se las arrojó, pero ella continuaba quejándose sin parar. Entonces, mi padre se puso a rezar y la mujer desapareció.
Respuestas
Respuesta dada por:
2
Respuesta:
nose
Explicación:
Me pones coronita gracias
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