• Asignatura: Historia
  • Autor: carolinacayo20
  • hace 5 años

El fin de luis borges ES PARA HOY.. DOY CORONA Y MEJOR RESPUESA.
DONDE SUCEDE EL MISMO?
COMO ERA EL LUGAR?
QUIEN TE PARECE QUE ES EL PERSONAJE QUE ESPERA Y CUAL ES EL FORASTERO QUE LLEGA?¿POR QUE?
QUE OCURRE? COMO CULMINA EL CUENTO?
QUE SIGNIFICA EL TITULO DEL CUENTO? ¿EN QUE LO PODEMOS RELACIONAR CON EL TEXTO LEIDO DE HERNANDEZ? EXPLICAR

Respuestas

Respuesta dada por: tedybellido2
0

Respuesta:

Recabarren, tendido, entreabrió los ojos y vio el oblicuo cielo raso de junco. De la

otra pieza le llegaba un rasgueo de guitarra, una suerte de pobrísimo laberinto que

se enredaba y desataba infinitamente... Recordó poco a poco la realidad, las cosas

cotidianas que ya no cambiaría nunca por otras. Miró sin lástima su gran cuerpo

inútil, el poncho de lana ordinaria que le cubría las piernas. Afuera, más allá de los

barrotes de la ventana, se dilataban la llanura y la tarde; había dormido, pero aún

quedaba mucha luz en el cielo. Con el brazo izquierdo tanteó, hasta dar con un

cencerro de bronce que había al pie del catre. Una o dos veces lo agitó; del otro

lado de la puerta seguían llegándole los modestos acordes. El ejecutor era un negro

que había aparecido una noche con pretensiones de cantor y que había desafiado a

otro forastero en una larga payada de contrapunto. Vencido, seguía frecuentando la

pulpería, como a la espera de alguien. Se pasaba las horas con la guitarra, pero no

había vuelto a cantar; acaso la derrota lo había amargado. La gente ya se había

acostumbrado a ese hombre inofensivo. Recabarren, patrón de la pulpería, no

olvidaría ese contrapunto; al día siguiente, al acomodar unos tercios de yerba, se le

había muerto bruscamente el lado derecho y había perdido el habla. A fuerza de

apiadarnos de las desdichas de los héroes de las novelas concluimos apiadándonos

con exceso de las desdichas propias; no así el sufrido Recabarren, que aceptó la

parálisis como antes había aceptado el rigor y las soledades de América. Habituado

a vivir en el presente, como los animales, ahora miraba el cielo y pensaba que el

cerco rojo de la luna era señal de lluvia.

Un chico de rasgos aindiados (hijo suyo, tal vez) entreabrió la puerta. Recabarren le

preguntó con los ojos si había parroquiano. El chico, taciturno, le dijo por señas que

no; el negro no contaba. El hombre postrado se quedó solo; su mano izquierda jugó

un rato con el cencerro, como si ejerciera un poder.

Explicación:

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