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Una de las causas de la Batalla de Celaya fue el primer enfrentamiento entre las fuerzas constitucionalistas y las fuerzas convencionalistas, llevado a cabo en la Estación Peón el 7 de marzo de 1915. En este enfrentamiento, Eugenio Martínez, enviado por Obregón, fue atacado mientras se dirigía a iniciar el enfrentamiento contra la parte más poderosa del ejército de Villa. Canuto Reyes, Agustín Estrada y Joaquín de la Peña, líderes de las fuerzas villistas, llevaron a cabo el ataque mientras se dirigían a Querétaro. A pesar del esfuerzo de estos tres generales por derrotar a los constitucionalistas, finalmente venció Martínez quien obtuvo fuerza y ventaja de esta primera batalla, dando inicio al avance obregonista.
Dos semanas después de este enfrentamiento, el general Obregón se dirigió a la Estación Cazadero, donde se encontró con el general Alfredo Elizondo. Al enterarse de esto, Villa sale de Torreón con el fin de atacar la ubicación de Obregón y derrotarlo por completo. Sin embargo, Villa no contaba con que Obregón tomó Irapuato y Celaya antes de que Villa llegara al mismo Irapuato. Así, se llevaron a cabo varias batallas entre estos dos bandos que resultaron decisivas para la Revolución Mexicana.
En medio de esos enfrentamientos, el ejército de Pancho Villa resultaba superior en número, con aproximadamente 22.000 hombres a su disposición, los cuales, cabe destacar, se mostraban confiados en exceso por las contantes victorias de Villa y el dominio tan amplio que habían logrado. Además, contaban con buen armamento y con municiones suficientes para estas batallas, mientras que sus comandantes eran oficiales retirados que transmitían experiencia y confianza a las tropas.
Por otro lado, el ejército constitucionalista apenas tenía el apoyo de 11.000 hombres, es decir, la mitad del ejército villista. Pero, un gran factor que jugaba a su favor era el mando de Carranza y también la autoridad política que Estados Unidos le había concedido. Además, disponían de buen armamento, suficientes municiones y, por supuesto, el buen liderazgo de sus generales, incluyendo a Obregón y su gran astucia.
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