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WASHINGTON, 20 de abril 2012 – La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial (BM) presentaron hoy un nuevo informe y una base de datos en línea con el primer inventario de respuestas políticas relacionadas con el trabajo a la reciente crisis financiera y económica mundial.
Un informe realizado como seguimiento a una solicitud de los líderes del G20 en Pittsburgh en 2009 demuestra cómo los gobiernos de todo el mundo y de todos los niveles de ingresos, intervinieron en el mercado laboral a fin de limitar el impacto económico y social de la crisis y fomentar el empleo, los ingresos de las familias y el crecimiento económico, y reducir la pobreza. Esta nueva base de datos en línea ofrece un historial de las políticas implementadas durante el momento más álgido de la crisis financiera (2008-2010), y de sus implicaciones en la elaboración de estrategias para enfrentar futuras recesiones económicas.
“Por primera vez las autoridades ejecutivas tienen acceso a los datos sobre lo que otros países hicieron durante estos tiempos turbulentos, a fin de comprender mejor cuáles estrategias funcionan mejor para crear empleos y reducir la pobreza tras una crisis”, señaló Tamar Manuelyan Atinc, Vicepresidenta de Desarrollo Humano del Banco Mundial. “Estos resultados ratifican la nueva Estrategia del Banco para la protección social y el trabajo que se centra en la promoción de la capacidad de recuperación, la equidad y las oportunidades para las personas más pobres y vulnerables del mundo”.
“La OIT ha trabajado conjuntamente con el Banco Mundial para crear una base de datos que no tiene precedentes por su finalidad y alcance sobre las medidas adoptadas como respuesta a la crisis tanto por los países desarrollados como por los en desarrollo en el marco del Pacto Mundial para el Empleo de la OIT , afirmó Jose Manuel Salazar-Xirinachs Director Ejecutivo del Sector de Empleo de la OIT. “Las autoridades ejecutivas y los investigadores de todo el mundo podrán utilizar esta base de datos para analizar las políticas y extraer nuevas lecciones que en la actualidad siguen siendo muy pertinentes a medida que la crisis del empleo persista”.
El informe pone de manifiesto que en la mayoría de los 55 países de bajos y medios ingresos y 22 países de altos ingresos analizados, a diferencia de las crisis precedentes, hubo una intervención considerable del Estado a fines de mitigar los efectos de la crisis. La mayoría de los países afectados no sólo adoptó medidas fiscales y monetarias expansionistas para estimular la economía, también intervinieron de manera directa para brindar una forma de protección ante la crisis o crear empleo, mantener las competencias y facilitar la correspondencia entre las personas que buscan trabajo y los empleadores, y proteger los ingresos de los desempleados y de los grupos vulnerables. En muchos casos, el diálogo social ayudó a orientar la respuesta política. Esto fue decisivo, por ejemplo, en la implementación de acuerdos de repartición del trabajo.
Presupuesto destinado a las políticas orientadas a la demanda del empleo (expresado en un millardo de dólares estadounidenses y en paridades de poder adquisitivo %)
On the demand side, high-income countries focused on facilitating access to credit, while low-and middle-income countries prioritized direct job creation and employment incentives
Budget Allocated for Labour Demand Policies (2008-2010)
On the supply side, skills and training measures were a priority for countries of all income levels, but high-income countries had more resources to support for young people during the crisis
Budget Allocated for Active Labour Market Policies (2008-2010)Pero existen interrogantes sobre hasta qué punto los países estaban preparados para responder a la crisis económica, en particular, los países en desarrollo. Muchos países, por ejemplo, no tenían programas de seguridad social sustanciales que podían ser ampliados durante la crisis. Además, la cobertura de los programas de seguridad social era sistemáticamente deficiente. Las políticas del incremento del nivel y la duración de subsidios de desempleo por ejemplo, fueron útiles, pero en algunos casos, es posible que hayan beneficiado sólo a los trabajadores del sector formal. Los programas activos del mercado de trabajo como los servicios de empleo, formación, y subsidios salariales, también fueron utilizados con frecuencia, pero existen muchas lecciones en lo que se refiere a cómo mejorar su ideación y aplicación. En fin, muchos países carecían de informes o de datos administrativos para identificar las repercusiones de la crisis para los trabajadores y los efectos en los mercados de trabajo.
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