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1) A modo de preámbulo: 491 a 602. El Imperio Bizantino en la búsqueda de su propio camino. Desde Anastasio, que es proclamado en 491, hasta el asesinato de Mauricio ocurrido en 602. Se logra reunir un tesoro enorme que luego será utilizado por Justiniano para emprender formidables construcciones y la reconquista del imperio romano total.
2) La tiranía de Focas: 602 a 610. Breve pero fundamental periodo en la historia bizantina. Un soldado maniático y asesino que mató a su emperador y se transformó en un opresor monstruoso, que trató de destruir todo lo que el Imperio Bizantino significaba, asesinando a sus oponentes y buscando apoyo en Roma. Casi logró la temprana desaparición del imperio en manos de Persia en sólo ocho años.
3) 610 a 717. Desde la toma del poder del Imperio Bizantino por parte de Heraclio, proveniente de Cartago, hasta la anarquía terminada con la consagración de León III. Luego de una guerra ganada a Persia a un altísimo costo, se perdieron, a manos del Islam, Siria, Palestina y Egipto, y luego África, quedando el imperio mutilado y herido. Época donde el ser bizantino termina de tomar forma, dando paso a una identidad que a partir de ese momento será fundamental para su tenacidad y entereza futuras.
4) 717 a 775. León III rechaza la amenaza árabe ganando la batalla de Constantinopla y luego logra ganar en muchos pequeños combates y asaltos hasta la contienda victoriosa de Akroinón en 740. Lo sucede su hijo Constantino V, que lleva al imperio a la clara victoria militar sobre los árabes. La iconoclastia marca este periodo. Se reordena la vida institucional, las leyes, el agro, las ciudades, etc. Pero la discusión política, social y religiosa mina las fuerzas y evita triunfos mayores.
5) 775 a 842. La lucha por el poder entre iconoclastas e iconódulos. Una intensa disputa por el poder político, social y religioso dio como resultado el cambio de manos repetido del gobierno entre las distintas facciones.
6) 843 a 1025. Comenzando con Miguel III, el Beodo, luego el inicio de la dinastía macedónica con Basilio I, León VI el Sabio, pasando por el buen gobierno de Romano Lecapeno, el emperador de las letras y las artes Constantino VII, y los breves pero significativos gobiernos de Nicéforo Focas y de Juan I Tzimiscés, hasta el año de la muerte del gran Basilio II. El periodo más brillante de la historia del Imperio Bizantino, en todo sentido.
7) 1025 a 1081. La época de la transformación acelerada de la sociedad bizantina de campesinos libres en una sociedad de grandes terratenientes y una iglesia acumuladora de riquezas. A falta de herederos varones en la dinastía legítima, se produce el triunfo de la nobleza civil sobre la aristocracia militar, de nefastas consecuencias. El desastre de Mantzikert y la pérdida de Bari transformaron al Imperio Bizantino, al final de este periodo, en un estado fundamentalmente marítimo con muchas costas e islas, y lo que es aún peor: casi sin marina.
8) 1081 a 1180. El siglo de oro de los Comneno. Alejo I Comneno rescató al Imperio Bizantino de la ruina y lo organizó todo de manera diferente, con predominio de la aristocracia militar de las provincias, distribuyendo cargos y honores entre las principales familias. Se afirmaron los grandes hacendados que dominaban enormes territorios a despecho del interés del imperio. Juan II Comneno recuperó tierras en Asia Menor marchando de victoria en victoria y reorganizó el estado y Manuel I Comneno retomó la idea del gran imperio universal e intentó reconquistar occidente. Pero, atrapado entre las potencias occidentales y los turcos triunfadores en Myriokephalon, no tuvo un buen final.
9) 1180 a 1204. El desgobierno y el odio desmedido hacia los latinos marcan este periodo desastroso con la figura perversa de Andrónico Comneno como principal referente de la abrupta caída. En pocos años pasaron muchos emperadores por el trono, guerras civiles, la pérdida de Serbia y Bulgaria, y conflictos de toda clase. Culmina con la vergonzosa toma de Constantinopla por los codiciosos cruzados francos y venecianos.
10) 1204 a 1282. Los Láscaris gobernaron desde Nicea. El imperio de Epiro cobra importancia. También Bulgaria. Los Balcanes fueron el objeto fundamental de la lucha. En 1061 se produjo la reconquista de Constantinopla por parte de Miguel VIII Paleólogo, que volvió a hacer del Imperio Bizantino un estado influyente y vigoroso por última vez en la historia.
11) 1282 a 1453. La decadencia y la ruina llegaron en forma definitiva, a pesar de producirse a la vez un renacimiento cultural y artístico. Políticamente las naciones más jóvenes y fuertes dominaban ya en toda Europa y los turcos poco a poco subyugaban a las naciones de los Balcanes, hasta asfixiar al Imperio Bizantino. Finaliza la historia con la toma de Constantinopla por parte del sultán Mahomet II, y con el último emperador, Constantino Dragasés, muerto en la batalla.
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