Respuestas
Respuesta: —Maite me ha comentado que llegará tarde.
En este otro ejemplo, una raya introduce el parlamento y otra raya introduce el inciso del narrador:
—Maite me ha comentado que llegará tarde —dijo Carmen abriendo el sobre de azúcar.
Es muy importante que entendamos que el inciso está siempre dentro del parlamento, como apunte entre dos rayas que se añade para matizar algo pero del cual se puede prescindir. Así, siguiendo el ejemplo anterior, en realidad deberíamos escribir:
—Maite me ha comentado que llegará tarde —dijo Carmen abriendo el sobre de azúcar—.
Vemos que aquí el inciso queda cerrado por las rayas por delante y por detrás, y que le sigue el punto que iría después de “tarde”. Es decir, el inciso queda incorporado entre “tarde” y el punto final del parlamento. Sin embargo, cuando más allá de ese punto el parlamento no sigue, se considera superflua la raya de cierre del inciso. Por eso lo correcto es escribirlo tal como lo he hecho la primera vez:
—Maite me ha comentado que llegará tarde —dijo Carmen abriendo el sobre de azúcar.
—Maite llegará tarde.
Y es incorrecto:
Al poco rato de que hubieran pedido, el camarero se acercó y dejó amablemente en la mesa dos cafés y dos napolitanas.
—Maite llegará tarde.*
Al poco rato de que hubieran pedido, el camarero se acercó y dejó amablemente en la mesa dos cafés y dos napolitanas.
— Maite llegará tarde.* (p
Al poco rato de que hubieran pedido, el camarero se acercó y dejó amablemente en la mesa dos cafés y dos napolitanas.
— Maite llegará tarde.*
Explicación:
Respuesta:
ANÉCDOTA : LA JOYA
joyas brillantes
Un monje andariego se encontró, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la guardó en su talega. Un día se encontró con un viajero y, al abrir su talega para compartir con él sus provisiones, el viajero vio la joya y se la pidió.
El monje se la dio sin más. El viajero le dio las gracias y marchó lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastaría para darle riqueza y seguridad todo el resto de sus días. Sin embargo, pocos días después volvió en busca del monje mendicante, lo encontró, le devolvió la joya y le suplicó: «Ahora te ruego que me des algo de mucho más valor que esta joya.
Dame, por favor, lo que te permitió dármela a mí».
Explicación: