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Ana María Jordán nunca pensó que su hija Naif y ahora su nieta Malú de apenas dos años, le siguieran los pasos en la actuación.
"El amor por el arte lo llevan en las venas', afirma la feliz abuela. "Y en el caso de mi hija, siempre he dejado que sea libre a la hora de elegir su profesión", afirma.
Por estos días, abuela, hija y nieta coinciden en un mismo escenario y una misma historia infantil: La Bella Durmiente, donde Ana María dirige, Naif interpreta a la Princesa Aurora y la pequeña Malú a uno de los conejitos del bosque encantado.
"Es la primera vez que Malú actúa en una obra de teatro haciendo de conejito. Se sabe su texto a la perfección y no solo el suyo sino el de su mamá que hace de la Princesa Aurora. Ella es mucho más inquieta que su madre. Todo el día juega a que es otra persona. Está fascinada con el teatro. Nadie la obligó a participar en La Bella Durmiente, conforme vio los ensayos, solita pidió actuar", cuenta la feliz abuela quien acaba de estrenar una nueva temporada teatral infantil en el Teatro Montecarlo, de Miraflores, con dos obras: La Bella Durmiente y Angelitos. Esta última de las mencionadas donde su hija Naif actúa y dirige a la vez.
De tal palo...
"Mi hija Naif comenzó actuando a la misma edad que Malú, pero era más tranquila y dulce. Malú es más bandida y palomilla. Naif debutó en la obra La chica del adiós en el Teatro Larco, dentro del video que presentábamos, en el que se me veía caminando con ella pequeñita por las calles de Nueva York. Esa obra fue dirigida por su papá, Rafael Rodríguez. De él, Naif heredó su talento para la dirección y producción teatral, pues es ella la que está dirigiendo Angelitos y lo hace estupendo", afirma Ana María.
Naif también da su propia versión de los hechos: "Ese gusto por el teatro, y todo lo que sé, lo aprendí de mi madre. Vivo orgullosa de ella y de lo que hago. Siempre supe que esto era lo que quería hacer", afirma mientras llena de mimos a la pequeña Malú, que la contempla con ojos vivaces.
"Le encanta actuar, gesticular, posar para las fotos, es una artista nata", refiere su joven mamá.
Ese amor por la actuación fue el que llevó a las "Jordanes" a formar su propia empresa y a trabajar juntas haciendo teatro infantil.
"Tenemos en cartelera La Bella Durmiente y Angelitos, ambas historias con el sello característico de Taij que incluye en sus puestas la participación de actores jóvenes --ya que son el modelo más cercano que tienen los niños--, versos en rima, actos circenses, una escenografía llamativa llena de colores y lo más importante, el mensaje de alegría, solidaridad y amistad en cada una de sus historias" explica la Jordán mayor.
Juntas, pero no revueltas
Su trabajo juntas en el teatro se proyectó también a la televisión, pues madre e hija coinciden en el elenco de la miniserie Sabrosas. "Naif y yo estamos en la misma serie, pero nuestras historias no se cruzan para nada. Mi personaje se llama Dalila y soy la madre de Patty de la Fuente, abuela de Katia Salazar. Naif es hija de Natalia Montoya y nieta de Elva Alcandré", cuenta Ana María quien contrariamente a otros colegas suyos le agradece a Dios que sus descendientes amen el teatro y la actuación.
"Siempre pensé que iba a apoyar a mi hija en lo que ella eligiera ser. A los hijos hay que guiarlos y me gusta mucho que tanto Naif como Malú estén cerca del arte porque el arte enriquece el espíritu y te proporciona una vida más profunda", reflexiona la Jordán.
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