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Respuesta:
Esta cuestión conceptual queda clara cuando pensamos en lo que Harry Ferns nos dice en la página 278 de su obra
En el documento, Lucas alegaba que la gente que urgía a la intervención no estaba relacionada con el comercio del Río de la Plata. Holland, que había estado muy activo para obtener que, en interés de la paz Buenos Aires y Montevideo fueran bloqueadas, era, según Lucas, un hombre de negocios de Rio Grande do Sul y por lo tanto tenía mucho interés personal en ver cerrado el Río de la Plata. Es incluso improbable que -en el caso de la política hacia un Estado relevante- una operación de esta índole pudiera ser efectuada con éxito por intereses privados británicos mucho más importantes que los que representaba el señor Holland. Aunque la política es con frecuencia la expresión de intereses privados, intereses tan marginales como los representados por Holland raramente logran dictar la política de una gran potencia.
Pero el costo de errar para Gran Bretaña frente al Río de la Plata era muy bajo, y ésta es precisamente la razón por la que, temporariamente, intereses marginales fueron capaces de ejercitar su influencia sin control . Más allá de estas reflexiones, es importante destacar que con el fin del bloqueo las relaciones económicas entre Gran Bretaña y la embrionaria Argentina se intensificaron.
Explicación:
n febrero de 1850 Rosas protestó al Imperio de Brasil por la invasión, y en diciembre de dicho año Buenos Aires rompía relaciones con Río de Janeiro. Por su parte, Urquiza supo entrever que el talón de Aquiles del poder de Rosas era Brasil. Como veremos en un capítulo próximo, a través de la alianza con Brasil el otrora caudillo rosista de Entre Ríos pronto finiquitó un orden que por décadas triunfó sobre disidentes int2ernos y externos, demostrando una vez más en qué medida la Argentina distaba aún de ser un Estado consolidado. Por cierto, el análisis del tema del bloqueo anglofrancés muestra que la política interna e internacional del gobierno de Rosas fue una compleja yuxtaposición de guerra civil interna e intervenciones extranjeras.
En esta conflictiva situación, donde resulta sumamente complicado distinguir -por la ausencia de un Estado nacional argentino- qué cuestiones corresponden a la política interna y cuáles a la política exterior, las facciones en pugna se alimentaban de la guerra. Estas lealtades personales se presentaban en el discurso político como si se tratara de bandos homogéneos diferenciables e irreconciliables entre sí . Esta lucha estaba ocupando el vacío dejado por la desaparición y posterior fragmentación del virreinato del Río de la Plata. En consecuencia, el examen de estas lealtades personales cambiantes revela que las mismas no pueden ser entendidas por el historiador o el lector común si se miran a través de la lente del conflicto de unitarios y federales tan tradicional en los textos escolares.
Respuesta:
Explicación:
l Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata —también conocido como la Guerra del Paraná— tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las escuadras británica y francesa cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina y los de la República Oriental del Uruguay, con excepción del de Montevideo.
La diplomacia inglesa y francesa justificó el bloqueo por la participación del ejército argentino —dependiente del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas— en la Guerra Grande en Uruguay. Según las potencias interventoras, esa participación era un ataque directo a la independencia de ese país, estaba acompañada de crueldades injustificadas, y perjudicaba los intereses comerciales de Francia y del Reino Unido en la cuenca del Río de la Plata. En la práctica, importaba mucho más a las potencias agresoras obligar a la Argentina y al Uruguay a reconocer a sus ríos interiores como no sujetos a su soberanía y permitirles comerciar libremente a través de estos ríos.
La acción militar anglo-francesa no obtuvo la ansiada rendición de Rosas, aunque logró sostener al gobierno de Montevideo durante seis años. Finalmente, la intervención fue levantada por medio del Tratado Arana-Southern y el Tratado Arana-Lepredour.
No obstante, la victoria de Rosas fue efímera, ya que en 1851 se sublevó el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza, que lograría derrotarlo y obligarlo al exilio en la batalla de Caseros, de febrero de 1852.