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Empezaremos dejando claro que existen dos tipos de sombras: las propias y las arrojadas. La sombra propia es la parte de un cuerpo que no recibe la luz directa, quedando su tono más oscuro que la parte iluminada. La sombra arrojada es la que “arroja” un cuerpo sobre otro; esta sombra se produce por la interposición de un cuerpo ante los rayos luminosos de forma que tampoco recibe la luz directa y es más oscura que la zona que sí recibe la luz directa. Esto es algo que todo el mundo sabe, pero nos conviene distinguirlas claramente para poder analizar las diferencias entre una y otra.
Es este dibujo de Richard Brown se aprecia de forma clara la diferencia entre ambos tipos de sombra:
Lo que hemos de dejar claro en este capítulo es que ambas sombras (arrojada y propia), a pesar de no recibir la luz directa de la fuente luminosa (sol, bombilla...), sí reciben luz indirecta. La luz indirecta es la que ha rebotado (se ha reflejado) en un cuerpo y luego ilumina a otro cuerpo. De esta forma, una zona de sombra seguirá recibiendo luz, es decir, que no es totalmente oscura si no simplemente más oscura. Cuando una pintura o un dibujo producen un agradable efecto de realismo es porque el pintor conoce estos efectos lumínicos y sabe aplicarlos a su cuadro o a su dibujo, y no solo porque el dibujo contenga muchos detalles.
Vamos a ver claramente estos efectos en este cuadro de Edward Hopper titulado “Sol matutino”:
Observa que la espalda de la mujer está más oscura que su parte de adelante. Sin embargo, esa parte no es negra ni carece de color, pues está recibiendo la luz reflejada por las paredes y la sábana. También la sombra arrojada por la mujer sobre la cama es más oscura que la parte iluminada de la sábana, pero recibe luz reflejada por las paredes e incluso por el camisón rosa de la mujer. Observa, incluso, como algunas partes de las piernas (las que están encaradas con la sábana: tobillo y pantorrilla) reciben mucha luz reflejada por esta, quedando en algunas partes casi tan claras como la parte iluminada.
Aquí tienes un boceto previo que realizó el propio Edward Hopperantes de pintarlo en el lienzo:
Observa que el propio autor hizo las anotaciones que describen cómo incide la luz en cada una de las partes.
Ha quedado demostrado que las sombras también tienen su luz. Cuando dibujes o pintes, debes tener en cuenta que la luz se refleja en los objetos y que esta luz reflejada ilumina también a las partes en sombra.